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Poniendo a los demas primero

¿Te encanta un buen viaje por carretera? ¡Los discípulos y Jesús eran grandes viajeros! En una de estas aventuras, se desarrolló una discusión, y cuando llegaron a un lugar donde se detuvieron, Él preguntó cuál era el origen de su desacuerdo. Nadie, ni siquiera el siempre hablador Simón Pedro, dijo una palabra. El problema para este grupo de chicos: Grandeza… ¿cuál fue el más grande?

En lugar de regañar, Jesús ofreció un mensaje, contracultural entonces y ahora:

“Jesús, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, que sea el último y el servidor de todos” (Marcos 9:35).

Las palabras de Jesús me llevaron a otra pregunta:

¿Qué harías si solo tuvieras una semana para vivir?

Lee la pregunta nuevamente. Reflexiona sobre lo que podrías elegir hacer. Sabemos exactamente cómo respondió Jesús a esa pregunta. Mientras el tiempo corría, Jesús no salió a predicar a grandes multitudes, ni sanó a los enfermos ni resucitó a los muertos. En cambio, eligió salir con amigos... y lavarles los pies sucios.

Cuando les lavó los pies, les puso sus vestiduras exteriores y volvió a su lugar, les dijo: '¿Entienden lo que he hecho por ustedes?' (Juan 13:12).

Estos amigos de Jesús habían caminado por los caminos sucios de Palestina para llegar al aposento alto. Suponemos que llevaban las sandalias abiertas de la época, por lo que sus pies debían estar malolientes y sucios. La costumbre habitual del hogar era disponer de un sirviente para lavar los pies de los invitados, pero al parecer, a alguien se le cayó la pelota.

Piénselo, ¿quién era la persona en la sala con menos probabilidades de lavarse los pies? Si respondiste a Jesús, creo que estarías en lo cierto. Pero Jesús demuestra una vez más el liderazgo de servicio. Hace lo que nadie más quería hacer. Sus manos, que pronto serían traspasadas, se ensuciaron cuando se puso a trabajar lavando los pies.

Si bien la limpieza de los pies del discípulo era importante, creo que era la condición de su corazón (y el nuestro) lo que más interesaba a Jesús. Sigamos el ejemplo de nuestro líder, humillemos y busquemos a alguien a quien servir. Cuando servimos, entendemos exactamente lo que Jesús hizo por Sus discípulos con una toalla y una palangana. Elegimos vivir últimos.

Reflexión:

¿Cuáles son nuestras oportunidades de "poner a los demas primero" en nuestras familias, comunidades, o iglesias?

Dr. Keith Newman

Presidente de SNU