SumergirMuestra

Un ardor controlado

A veces simplemente tenemos estos encuentros maravillosos con Dios. El Espíritu de Dios aparece y toma las cosas secas y muertas de nuestras vidas y las enciende. Dejamos esos momentos inspirados para vivir nuestras vidas para Jesús. Estos son momentos importantes en nuestros viajes espirituales.

En las Escrituras de hoy, Ezequiel tiene una de estas experiencias. Tiene una visión de lo que Dios hará por Israel. Dios había hecho un pacto con el pueblo judío. En una montaña en el Medio Oriente, Dios hizo un pacto con el pueblo (a través de Abraham y sus descendientes) de que les sería fiel. Deseaba una verdadera intimidad con su creación. Y así las cosas iban bien, pero los judíos eran volubles como cualquier otro grupo de personas. Hubo momentos de fidelidad en los que todo iba bien y momentos en los que fueron tan infieles que Dios, a través de sus profetas, comparó al pueblo judío con las prostitutas porque seguían corriendo detrás de otros amantes. Esto estaba sucediendo cuando Ezequiel, el profeta, entró en escena. El pueblo judío se había vuelto complaciente. Habían dejado de buscar encuentros íntimos con Dios. Comenzaron a utilizar la adoración con fines de lucro. Se estaban secando por dentro.

Quizás hayas tenido esos momentos en tu propia vida en los que te sentiste seco e incluso muerto por dentro. Necesitabas que Dios hiciera algo nuevo. Ciertamente, una vez que bajes de la cima de la montaña, es posible que incluso vuelvas a sentir este tipo de vacío.

En 587 a. C., una enorme fuerza conquistadora de guerreros (babilonios) destruyó al ejército israelí, diezmó y destruyó el templo y se llevó a los judíos restantes a una tierra extranjera. Fue devastador. El pueblo elegido de Dios ahora estaba dividido y despedido, y todo lo que alguna vez fueron estaba comenzando a desvanecerse. Pero en medio de estos tiempos difíciles, Dios promete renovación a través de Su Espíritu.

La visión de los Huesos Secos siendo llenados nuevamente con el espíritu de Dios y resucitados es una gran metáfora de lo que muchos de ustedes podrían sentir después de tener una experiencia tan increíble y desbordante con Dios. Pero lo que necesitamos es “estar asentados en nuestra propia tierra”. No podemos vivir en la cima de una montaña. Necesitamos que el Espíritu de Dios esté presente en nuestra vida diaria.

El poder, la energía, se puede liberar o aprovechar. Por ejemplo, la energía contenida en diez galones de gasolina puede liberarse explosivamente dejando caer una cerilla encendida en la lata. O puede canalizarse a través del motor de un Toyota en un encendido controlado y, siempre que el acelerador no se atasque, puede usarse para transportar a una persona 350 millas. Las explosiones son espectaculares, pero las quemaduras controladas tienen un efecto duradero y poder de permanencia.

Entonces, deja que el poder de Dios te devuelva la vida, pero deja que te sostenga por el resto de tu vida. No permitas que el momento sea simplemente una "explosión" en tu vida. ¡Asegúrate de que sea un ardor controlado!

Reflexión:

¿Cuáles crees que son algunas formas en las que puedes tener un “ardor controlado” por Cristo? ¿En lugar de una simple explosión?

Dr. Blair Spindle

Pastor del Campus de SNU