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Las trompetas del Señor

Trompeta - n.d. Instrumento musical de metal con campana acampanada y tono brillante y penetrante.

• v.- proclamar ampliamente o en voz alta.

Las ediciones modernas de las Escrituras Canonizadas, comúnmente llamadas la Santa Biblia, mencionan la trompeta o trompetas aproximadamente 118 veces. La primera mención de la trompeta aparece en el capítulo dieciocho del Éxodo, cuando Dios le da a Moisés los Diez Mandamientos. La aparición final de la trompeta viene en Apocalipsis 22 con la proclamación:

“El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Mesías, y él reinará por los siglos de los siglos”.

Si reconoces este último pasaje de la última vez que escuchaste una interpretación del “¡Aleluya!” Coro del Mesías de Handel, probablemente también recuerdes que lo acompaña un famoso solo de trompeta.

Aunque los contextos y circunstancias difieren, la trompeta en las Escrituras acompaña consistentemente a un mensaje o mensajero(s) de Dios. Así como las trompetas juegan un papel importante en nuestra historia como hijos de Dios, tal es el caso de mi vida. Comencé a tocar la trompeta cuando estaba en la escuela secundaria en una pequeña comunidad rural en el centro-este de Oklahoma. Desde entonces, mi vida con la trompeta me ha llevado a través de cuatro títulos de educación superior y oportunidades de actuación en casi dos docenas de países en tres continentes. He tenido la inmensa suerte de tocar en algunos de los lugares más conocidos del mundo en colaboración con algunos de los músicos más destacados de mi generación. Enseño trompeta a estudiantes de todos los niveles y recluto estudiantes para nuestra Escuela de Música en SNU. A través de todas estas increíbles experiencias, he tenido una gran conciencia de mi llamado también a acompañar el mensaje de Dios en mi creación musical. He tratado de hacer brillar la luz del amor de Dios cada vez que toco la bocina. A veces disfruto la bendición de tocar música sagrada en el culto y en conciertos donde puedo compartir libre y abiertamente, pero otras veces mi testimonio se limita a mi carácter, mis acciones y mis palabras. Busco glorificar El Nombre de Dios en todos estos escenarios. ¡Y así es contigo! Cualesquiera que sean tus dones, agradece hoy a Dios por permitirte el privilegio de servirle de esa manera. Pídele a Dios que desarrolle tu don en ti mientras navegas por tu camino para vivir tu llamado, de modo que puedas proclamar (o “proclamar amplia y ruidosamente”) el amor y la gracia de Dios a través de todo lo que haces.

Reflexión:

Mientras estás dando pasos para prepararte para tu vocación, ¿estás consciente de cómo Dios te ha llamado y te está usando a ti y a tus dones?

¿Eres capaz de mostrar el amor de Dios con tu testimonio y tu presencia en la vida de los demás?

Dr. Lacey Phelps

Reclutadora de Bellas Artes