Elige perdonarMuestra

Habiendo sido perdonas, estamos obligadas a perdonar.

Idea principal: La cruz tiene la respuesta para tu «no lo entenderías».

Reto: Mira el precio que Cristo pagó por tu perdón.

«En Él tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento» (Efesios 1:7-8).

«No lo entenderías».

Ese es el tambor que le gusta tocar a la falta de perdón, el grito de guerra que le gusta proclamar a nuestros corazones amargados.

Cuando nuestros pastores predican sobre la falta de perdón.

Cuando leemos el mandamiento de Dios de perdonar en Su Palabr.

Cuando el Espíritu Santo nos recuerda que es sabio pasar por alto una ofensa.

Nuestros corazones rotos le quieren gritar a nuestra almohada manchada de lágrimas: «¡No lo entenderías!». Racionalizamos pensando que nuestra herida es muy profunda, nuestro enojo está justificado, y nuestra necesidad de justicia es demasiado grande como para perdonarlos. ¿Cómo podrías escoger perdonar algo como esto?

Jesús no necesita decir nada. La cruz habla por Él. Él sí entiende el precio del perdón. Tiene las manos cicatrizadas por clavos y la frente atravesada por las espinas para demostrarlo. Él agonizó por el costo del perdón (Mt. 26:37). Él suplicó al Padre que proveyera otro camino (Mt. 26:39). Aun así, pagó el precio con Su propia sangre, sudor y lágrimas para extender el perdón a ti y a aquel a quien te resulta tan difícil perdonar.

La cruz es el punto de apoyo que cambia nuestra capacidad de perdonar. Es gracias a que Cristo pagó un precio tan exorbitante por nuestro perdón, y sólo gracias a Cristo, que podemos seguir las huellas de nuestro Maestro. Como personas perdonadas, estamos obligadas a perdonar a los demás.

El perdón no está destinado a ser gratuito y fácil. Es difícil. Es costoso. Es doloroso. Pero esta es la única manera en que puede ser real, tan real como lo es el perdón de Dios hacia nosotras, lo suficientemente real como para cambiarnos de verdad (Nancy DeMoss Wolgemuth, Escoge Perdonar).

Si perdonar te parece imposible hoy, no medites en la ofensa. Pelea contra el cántico de tu carne que dice: «no lo entenderías». Enfócate en la cruz. Jesús sí entiende. Él ha pasado por donde tú estás pasando. Él pagó el precio para perdonarte para que tú puedas pagar el precio de perdonar a otros.

Hazlo personal:

·¿En qué medida refleja tu vida el corazón perdonador de Dios hacia los pecadores? ¿Haces que el evangelio sea creíble para los demás por la forma en que respondes a los que te hacen daño?

·¿Qué significa considerar la cruz en tu vida diaria?

Profundiza:

La misericordia de Dios se manifiesta en Su compasión y bondad hacia pecadores. Es la paciencia de Dios en acción. Él extiende perdón y gracia a personas que merecen castigo. Él nos da algo que no merecemos y nos lo da por el puro afecto de Su voluntad; debido a su bondad. .