Elige perdonarMuestra

No te quedes corta.

Idea principal: Tomar la decisión de perdonar no es fácil, pero vale la pena.

El reto: Escoge perdonar, incluso cuando sea la última cosa que quieras hacer.

«Porque si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones, también su Padre celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones» (Mateo 6:14-15).

Perdonar es como un puente sobre un valle. No hay forma de rodearlo, y no hay forma de ir hacia la tierra de la libertad hasta que, paso a paso, cruces ese puente. Nunca llegarás al otro lado si te mantienes paralizada considerando todas tus opciones, o si te detienes en medio, o si a medio camino decides dar la vuelta. Perdonar es muy similar, ¿cierto?

Puedes hablar sobre perdonar a alguien. Puedes querer perdonar a alguien. Incluso puede que digas que vas a perdonar a alguien. Pero hasta que no tomes la decisión consciente de perdonar, estarás viviendo la esclavitud de la falta de perdón.

Piensa en la persona a la que necesitas perdonar. Esa persona que te hirió profundamente, aquella que te avergonzó, la que te trató mal. Sabes lo que es correcto, sabes que Dios te está llamando a perdonar a tus ofensores. ¿Qué te está deteniendo?

Cada parte de tu naturaleza pecaminosa podría estar poniendo el freno, tu corazón herido protestando por una acción que parece tan contraria a la lógica humana. Pero seguir a Jesús es diferente. Él te ofrece algo mejor: un camino para salir del pozo de la falta de perdón que te roba la alegría y el amor. Dios nos enseña a perdonar (Salmo 86:5) y nos promete Su perdón cuando perdonamos a los demás (Marcos 11:25).

No tienes que sentirlo. No tienes que quererlo. Pero si quieres ser una hija obediente, tienes que perdonar (Nancy DeMoss Wolgemuth, Escoge Perdonar).

Por Su gracia y en obediencia a Él, puedes escoger perdonar. No esperes hasta que estés «lista» o a cuando parezca que sea el momento correcto. Dedica un tiempo para preguntarle al Señor a quién le has guardado rencor y toma la decisión de perdonar. Cruza el puente.

Hazlo personal:

·En este momento, ¿a quién necesitas perdonar? ¿Tomarás el siguiente paso y decidirás hacerlo?

·¿Cómo es que la acción de perdonar a alguien te lleva hacia la libertad?

Profundiza:

Profundiza en el descubrimiento de cómo el perdón realmente te libera. Elisabeth Elliot fue una mujer que supo lo que significa perdonar. En 1956, después de estar casada solamente por veintisiete meses, su esposo, Jim Elliot, fue martirizado por los indios Auca junto con otros cuatro misioneros, y todos fallecieron. Meses después, Elisabeth regresó a esa tribu con su bebita y continuó compartiendo las buenas nuevas de Jesucristo con aquellas mismas personas que fueron responsables de la muerte de su esposo.