Conforme al Corazón de DiosMuestra

Un corazón manso y humilde

Desde el vientre de nuestra madre Dios nos hizo con todas las características que son propias del temperamento que tendremos para cumplir sus planes y propósitos aquí en la tierra.

CARACTERÍSTICAS DE UN CORAZÓN MANSO

Un corazón manso es suave, tranquilo, bondadoso, cuidadoso, se deja guiar, atiende a la voz de su líder.

El requisito para agradar a Dios y cumplir la misión encomendada es un corazón manso y humilde. Debo tener esa característica para traer gozo a mi Señor y ser usado por Él. ¿Cómo? Siendo buen hijo, buen trabajador, buen esposo, buen padre, buen siervo de Dios.

Pero si usted tiene esa característica de ser manso, tenga cuidado y no caiga en la vida conformista o en tener siempre una excusa para no cumplir lo que Dios le manda a hacer, por su baja autoestima. Por otro lado, tenemos el ejemplo de Moisés que fue intrépido en su llamado de libertador de su pueblo. Él se equivocó al seguir sus impulsos y al actuar según su manera de pensar. Tuvo que ser reeducado en el desierto hasta adquirir un corazón manso para, recién, cumplir con la tarea asignada –pero– a la manera de Dios:

(Números 12:1-3 RV60).

Sus propios hermanos hablaron mal de Moisés (lo criticaron) porque él se casó con una mujer que no era hebrea. Aunque murmuraron contra él, no defendió su accionar indicando, por ejemplo, que se encontraba lejos de su pueblo cuando formó una familia. Justamente porque Moisés no se justificó, Dios mismo salió a protegerlo.

CARACTERÍSTICAS DE UN CORAZÓN HUMILDE

Un corazón humilde resulta de la comprensión de nuestros límites y pequeñez delante de Dios. Esto nos lleva a la sumisión y rendición.

Moisés también mostró humildad al reconocer sus limitaciones y debilidades para cumplir la tarea asignada. Y lo hizo sometiéndose al Señor, porque separados de Él no podemos hacer nada.

TALLER DE VIDA

1. ¿Estoy siendo manso en el trato con mis semejantes?

2. ¿Me dejo guiar por otros? ¿Tengo un espíritu enseñable? ¿Acepto ser guía de otras personas?

3. ¿Me excuso cuando soy desafiado a realizar algo más grande de lo que comúnmente hago?

4. El corazón humilde es sumiso y se rinde a Dios. ¿Tienes un corazón humilde? Si le preguntan a tus familiares, ¿qué opinarían ellos?

ORACIÓN

· Para que alabemos y adoremos al Señor por su maravillosa creación.

· Para que Dios trasplante en cada cristiano un corazón manso y humilde que cumpla con sus planes y propósitos.

SIRVIENDO A DIOS EN OPOSICIÓN A LA MAYORÍA

A decir de Antonio Cruz (en PROTESTANTE DIGITAL) “el profeta Jeremías sufrió con mansedumbre el desprecio de sus contemporáneos por predicarles la verdad, frente a otros profetas que únicamente decían aquello que el pueblo deseaba oír.”

Sí, el joven Jeremías tenía un corazón manso y humilde. Sus oraciones son una prueba fehaciente:

(Jeremías 10:23-24 NTV) (Jeremías 14:20-22 NTV) (Jeremías 17:14-17 NTV)

UNA MUJER SUMISA

Rut, la moabita, es reconocida como un modelo de fidelidad y amor. Sin embargo, al observar su vida detenidamente vemos que también se caracterizaba por ser mansa y humilde. Ella quedó viuda muy joven y se negó a abandonar a su suegra Noemí. Mas bien, por amor, tomó la decisión de vivir con ella y cuidarla siempre. Entonces las dos mujeres viajaron desde Moab hacia Judá.

Noemí torpemente afirmó que volvió a su pueblo vacía cuando a su lado estaba Rut quien abandonó a su propia gente y a sus dioses por acompañarla. De seguro las palabras de la anciana lastimaron a lo joven extranjera, pero su noble corazón no dejó que la ofensa lo marcara. Perdonó porque entendía que Noemí estaba muy dolida.

Más adelante, como era el tiempo de la cosecha, Rut le pidió permiso a Noemí para ir a recoger las espigas que dejaban para los pobres. Dios dirigió sus pasos y ella llegó a trabajar al campo de Booz (este varón era pariente de Elimelec, el suegro de Rut).

Rut fue humilde y agradecida con Booz. Y el Señor recompensó sus acciones no sólo con provisión material. Le dio un esposo (a Booz) y un hijo (a Obed, el abuelo del rey David) que sería criado por Noemí, la suegra a quien ella amaba.

TALLER DE VIDA

1. ¿Sufres con mansedumbre el rechazo, el maltrato o el desprecio que recibes?

2. El Señor mira el corazón (1 Samuel 16:7). Mientras oras o realizas tus actividades cotidianas, ¿Dios ve un corazón manso y humilde?

3. Como Noemí, ¿te enfocaste en las pérdidas y no viste las bendiciones que el Señor te concedió?

4. En ciertas circunstancias, ¿culpas a Dios por las tragedias que vives tú o algún ser querido?

5. Cuando escuchas palabras duras e hirientes, ¿dejas que la ofensa marque tu corazón?

6. Cuando alguien te ofrece su ayuda, ¿eres humilde para aceptarla o la rechazas?

7. ¿Expresas tu gratitud a la gente que te rodea? ¿De qué manera lo haces?

ORACIÓN

· Para que el Espíritu Santo nos guíe a hacer oraciones que le agradan a Dios.

· Para que en todo tiempo reconozcamos las bendiciones del Señor y seamos agradecidos con Él.