Conforme al Corazón de DiosMuestra
Un corazón hambriento y sediento de Dios
Dios dijo:
Todo lo que Dios dijo se cumplió y se cumplirá hoy y siempre. Jesús lo confirmó: (Mateo 24:35; Marcos 13:31;
Lucas 21:33).
Este es el tiempo en que hay mucha hambre. ¡Pero nada la sacia! Sólo la Palabra de Dios y su justicia. (Mateo 5:6 RV60).
La Palabra está escaseando como nunca, necesitamos –con suma urgencia– ejemplos a seguir.
Jesús tenía un corazón hambriento y sediento de Dios. Cuando Él estuvo en la tierra buscaba estar a
solas con su Padre (aunque para ello tuviera que sacrificarse).
(Marcos 1:35 RV60).
Y siendo ya era un Rabino con prestigio, igual continuó pasando tiempo de comunión con el Padre.
Los descendientes de Coré y David también anhelaban al Señor: (Salmos 42:1-2 RV60).
¿QUÉ HACE UN CORAZÓN HAMBRIENTO Y SEDIENTO?
- Nos provoca a tener más hambre del Dios vivo.
- Nos llama ya no sólo a buscar minutos, sino horas, para estar con Él.
- Nos lleva tras Dios más allá de una milla.
- Nos impulsa a empujar límites y a no conformarnos con lo que espiritualmente alcanzamos.
- Nunca está satisfecho: Pasa tiempo a solas con Dios, busca pertenecer a una familia espiritual (Iglesia), es un discípulo constante, procura capacitarse, etc.
- Sigue buscando, quiere más… Se da cuenta que no es suficiente.
- En consecuencia, comienza a sentir hambre de algo nuevo, grande y fuerte… Empieza a buscar más de Él y alcanza niveles más altos de su gloria.
TALLER DE VIDA
1. ¿Qué te enseña el pasaje de Amós 8:11? ¿Y el Salmo 63:1-2?
2. Jesús dijo que Él y el Padre eran uno (Juan 10:30). Entonces, ¿Él realmente necesitaba pasar tiempo a solas con Dios? ¿Por qué lo buscaba?
3. ¿Tienes hambre del Señor? ¿Buscas a Dios cada día? ¿Qué sacrificios haces por estar con Él?
4. Vuelve a leer “¿Qué hace un corazón hambriento y sediento?”. Entonces, ¿tienes tú un corazón hambriento y sediento del Señor?
5. ¿Estás siendo discipulado? ¿Estás discipulando a otros?
ORACIÓN
- Para que Dios provoque en sus hijos un hambre insaciable de Él y de su Palabra.
El salmista Asaf escribió:
“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”
(Salmos
Y David manifestó el deseo de su corazón: ¡Estar en la presencia de Jehová siempre!
¿Quién es el centro de mi vida? ¿Quién o qué amo más? ¿Para quién o para qué estoy en la tierra?
Las respuestas a estas preguntas señalan nuestra motivación principal para vivir. David sabía cuál
era su prioridad:
(Salmo 18:1-2 RV60)
Cuando tenemos un auténtico amor por Dios, queremos estar con Él. Por eso, caminamos con el Señor todo el día. Esto no significa que estemos orando a cada momento, sino que nuestro espíritu está conectado con el Espíritu de Dios. Entonces podemos encontrarle sentido a lo que ocurre a nuestro alrededor, incluso a los problemas o situaciones difíciles que atravesamos. Entendemos que Él siempre está en control, porque todo lo que existe le pertenece. En realidad, sabemos que en la dificultad Él está actuando. ¡Así lo vemos con los ojos de la fe!
JOSAFAT: UN DECIDIDO BUSCADOR DE DIOS
El rey Josafat fue “un hombre que buscó al Señor con todo el corazón” (2 Crónicas 22:9 NTV). De seguro él tenía hambre y sed de Dios. Veamos un poco lo que hizo:
(2 Crónicas 17:3-6 RV60)
Además, Josafat envió a sus funcionarios a enseñar la Palabra de Dios al pueblo:
(2 Crónicas 17:9 NTV)
Josafat no fue un hombre perfecto. Él hizo una alianza con Acab, rey de Israel, al permitir que su hijo se casara con la hija de Acab (2 Crónicas 18:1). Y después fue a visitarlo:
(1 Reyes 22:4-5 NTV)
Aunque Josafat procuró 2 veces escuchar la Palabra de Jehová respecto a la batalla que quería iniciar Acab (v. 7-9), al final no obedeció al profeta Micaías (v. 15-28) y junto a Acab dirigieron sus ejércitos contra Ramot de Galaad. Por eso Dios estaba muy molesto:
(2 Crónicas 19:1-4 NTV)
Definitivamente Josafat, durante toda su vida, fue un constante buscador de Dios. Y esa pasión lo llevó a guiar a su pueblo al Señor.
TALLER DE VIDA
1. ¿Dios es lo primero en tu vida? ¿Anhelas su presencia? ¿Tu amor por Él, realmente, determina tus decisiones y acciones o quién lo hace?
2. Considerando las diferentes áreas de tu vida (espiritual, familiar, relacional, económica…), ¿estás cumpliendo con el principal mandamiento citado en Marcos 12:30.
3. ¿De verdad quieres estar con el Señor? ¿Caminas con Él todo el día?
4. Como Josafat, ¿buscaste saber cuál era la voluntad de Dios sobre un tema y después no lo obedeciste?
5. ¿Animas a otras personas a volverse al Señor? ¿Cómo lo haces?
ORACIÓN
- Para que Dios siempre sea nuestro primer amor.
Escrituras
Acerca de este Plan
Cada persona que se encuentra cara a cara con el Señor debe permitir que el Espíritu Santo eduque su corazón hasta llegar a tener un corazón conforme a Dios. Hazte cargo de tu corazón. ¡Cúidalo! Recuerda, los hábitos crean la condición de tu corazón. “CONFORME AL CORAZÓN DE DIOS” es un recurso espiritual valioso para cultivar UN CORAZÓN MUY CENTRADO EN EL SEÑOR.
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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.intimidad-con-dios.com/