Un Dios en Primer LugarMuestra
NO HAY EDAD PARA PONER A DIOS EN PRIMER LUGAR
En la vida, todos alcanzamos algo. Muchos pasan de curso, otros logran graduarse; algunos aprenden a manejar, otros consiguen licencia para conducir. De alguna manera u otra, alcanzamos ciertos puestos siendo jóvenes, adultos o ancianos. Podemos ver el caso de Marck Zuckerberg, creador de la famosa red social llamada “Facebook”, que fundó esta aplicación a la edad de 19 años. Por otro lado, tenemos a Harland D. Sanders, fundador de uno de los restaurantes de comida rápida más famosos a nivel mundial: Kentucky Fried Chicken (KFC). Este hombre (después de varios intentos fallidos) fundó este restaurante a la edad de 40 años.
Independientemente de la edad, nos sentimos felices al llegar a tener esos logros, pero ¿qué hay de aquellos que logran alcanzar puestos más importantes como gobernar un país o una nación aún siendo jóvenes? Ese fue el caso del rey Josías, cuya biografía y hechos se encuentran en la Biblia. “Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y gobernó 31 años en Jerusalén” (2 Cró. 34:1 PDT).
De la vida de este niño rey podemos sacar diversas lecciones para el avance de nuestra vida integral:
1- No hay edad para hacer la voluntad de Dios.
Humanamente hablando, Josías era muy joven como para gobernar a una nación. Tenía ocho años, y esa no es una edad prudente para llevar un cargo de tanto peso como ese. Sin embargo, aun siendo muy joven para gobernar, decidió hacer algo que necesitamos poner en práctica a la hora de realizar cualquier actividad en nuestras vidas: hacer la voluntad de Dios. La Biblia declara lo siguiente: “Josías hizo lo que le agradaba al SEÑOR y siguió el camino de su antepasado David, sin desviarse a la derecha ni a la izquierda” (2 Cró. 34:2 PDT).
¿Qué es hacer la voluntad de Dios? Es amar lo que hacemos por Él. La Palabra de Dios es clara cuando Jesús especifica que si queremos amar a Dios, debemos guardar sus mandamientos (cf. Jn. 14:15). Por lo tanto, hacer la voluntad de Dios es guardar sus mandamientos porque le amamos.
Charles Spurgeon invitándonos a hacer la voluntad de Dios una vez dijo: “La Biblia no es la luz del mundo, es la luz de la iglesia; pero el mundo no lee la Biblia, lee cristianos. Tú eres la luz del mundo”.
2- Debemos marcar la diferencia en el nombre de Jesús.
“Después de reinar ocho años, mientras todavía era un joven, empezó a seguir al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo de su reinado comenzó a purificar a Judá y a Jerusalén quitando los santuarios sobre las colinas, los postes de Aserá, los ídolos de piedra y las imágenes de metal fundido” (2 Cró. 34:3).
En los días de Josías, se consideraba que los muchachos llegaban a ser hombres a la edad de doce años. A los dieciséis, Josías comprendió la responsabilidad de su oficio. Aun a esta corta edad, mostró más sabiduría que muchos de los reyes más adultos anteriores a él, debido a que decidió buscar a Dios y a su sabiduría.
En aquel tiempo, Israel estaba hundido en la idolatría. Su forma de culto se había dirigido a los dioses, provocando así distorsión a la adoración a Dios. Josías puso en marcha a poner fin a todo eso.
Este joven rey hizo más de lo que los demás reyes intentaron hacer, y todo eso fue producto de que se puso en las manos de Dios.
A partir de este devocional, hemos aprendido dos grandes lecciones. Para Dios la edad no es una excusa para servirle. Su voluntad puede hacerla todo aquel que desee agradarle.
Como jóvenes vemos muchas cosas interesantes en el exterior de nuestro foco, pero eso no debe ser una razón por la cual perdamos el enfoque en seguir a Cristo Jesús. Elena G. White dice que “si nuestra voluntad llega a ser la voluntad de Dios, nos espera una vida de utilidad”.
Para alcanzar cualquier meta propuesta tenemos que hacer dos cosas: averiguar si a Dios le agrada, y ponernos en sus manos poderosas.
Sigamos firmes hacia la meta para que algún día podamos decir como Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Tim. 4:7-8 RVR1960).
Dios te bendiga.
- Richard Paredes es director general del ministerio Andad en Él.
Escrituras
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