Un Dios en Primer LugarMuestra

EMOCIONES QUE ESTORBAN A DIOS

"Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí" (Gn. 3:10).

Los seres humanos somos emocionales desde antes del pecado. Dios nos creó con la capacidad de experimentar emociones que nos sirvieran como energía para efectuar cualquier actividad, pero con emociones positivas. Génesis 3:10 nos demuestra que después del pecado surgieron las emociones negativas resaltando tres de ellas en el texto bíblico mencionado: miedo, vergüenza y culpa. Tres características principales de las tres enfermedades mentales top que existen en la actualidad: ansiedad, depresión y estrés.

Vivimos en un mundo altamente emocional y reactivo sobre la base de emociones que fueron distorsionadas por el pecado. Hoy en día la gente paga miles de dólares en busca de la felicidad; una felicidad equívoca, desconocida y sin fundamento.

Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido emocionalmente desorientados; no encontramos estabilidad, nos sentimos tristes, avergonzados o con grandes temores e intentamos de muchas formas encontrar el sosiego que busca nuestra alma. El problema es que buscamos en lugares incorrectos y practicamos acciones equivocadas; la clave de una vida plena y emocionalmente estable no está en las series de Netflix, ni en los medios sociales, tampoco en ser followers de instagramers o artistas famosos. Mucho menos en pertenecer a grupos sociales que buscan presionarte a usar sustancias prohibidas y perforar o tatuar tu cuerpo; todas estas acciones antes mencionadas estorban el plan de Dios en nuestras vidas. Por más cliché que se escuche, tu vacío existencial y tus emociones se van a estabilizar cuando el sacrificio de Cristo Jesús impresione tu ser de tal manera que entiendas que todo lo que el mundo ofrece es perecedero.

El mismo libro de Génesis 1:1-3 nos dice en el idioma original (hebreo), que en el principio el mundo estaba desordenado y sin forma. Cuando Dios llegó todo tomó sentido y fue restaurado; el desorden fue desplazado y lo que no tenía forma ni sentido terminó siendo bello y bueno en gran manera.

Has probado muchas cosas en tu vida y quizás nada te ha funcionado; la felicidad es una palabra que posiblemente no has vivido personalmente. Quiero sugerirte en este momento que pruebes algo diferente, algo que no te va a costar nada y es que pongas a Jesús en el primer lugar de tu vida. Cada mañana dedica unos minutos a hablar con Dios como un amigo, exprésales tus preocupaciones, tus planes, tus temores y verás como las cosas van a empezar a cambiar. Vas a experimentar una vida emocionalmente más estable y una salud espiritual que no querrás soltar. Inténtalo y no te arrepentirás.

- David Acosta es psicólogo clínico y educativo. También es preceptor en la Universidad Adventista Dominicana.