Construyendo el mérito de ser seguidoMuestra
Ejemplo en palabra
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo (conviértete en un modelo) de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12).
Se refiere a la forma como el líder habla en las conversaciones; cómo se expresa cuando enseña y predica. Los líderes están para enseñar, instruir, amonestar, exhortar. Por eso es tan importante que aprendan a desarrollar el buen hablar para edificar, formar, corregir. Las palabras pueden derrumbar o elevar a las personas; edificar a una persona o lastimarla profundamente; corregir o condenar.
Y no se trata sólo de las palabras que dicen, sino también de la forma en que las dicen; tono y lenguaje verbal que las acompaña. Lo importante no es sólo el contenido de lo que expresan, sino también la forma en que lo dicen. Se puede ser franco sin ser rudo, firme sin ser irrespetuoso; exhortar sin lastimar, amonestar sin agredir.
La palabra de Dios exhorta a usar las palabras para edificar, consolar, instruir, amonestar con amor, exhortar con mansedumbre. Algunos pasajes bíblicos confirman estas declaraciones. “Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo…” (Efesios 4:25). Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (Efesios 4:29). Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno (Colosenses 4:6).
Los líderes espirituales no usan palabras vulgares, obscenas o profanas al hablar, ni hablan de cosas vanas (Tito 2:8; Efesios 4:29). Por otra parte, la palabra termina siendo expresión del corazón del líder (Lucas 6:45).
Los líderes tienen que ser conscientes del impacto que tienen sus palabras en otros. Por eso, a veces, es preferible callar que hablar lo indebido. Por eso decía el sabio rey Salomón: El sabio sabe callar; el tonto habla y causa problemas (Proverbios 10:14).
Escrituras
Acerca de este Plan
El liderazgo es influencia. La influencia se deriva de la confianza que depositan los seguidores en el líder. La confianza deriva de la confiabilidad del líder, y esta última deriva de su integridad de carácter. Los líderes necesitan desarrollar el carácter y la conducta que invite a ser seguido e imitado.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/