Inmune Al Temor – Semana 3Muestra

Manténgase enfocado

El lugar en el que estén enfocados su corazón, sus ojos y su mente es el lugar en el que terminará; nos convertimos en lo que contemplamos. Había un artículo en el New York Times titulado: “Un estudio descubre que las parejas que llevan mucho tiempo casadas se parecen”. En este artículo, el Dr. Zajonc, un psicólogo de la universidad de Michigan, propuso que “las personas, a menudo inconscientemente, imitan las expresiones faciales de sus cónyuge por empatía y, a lo largo de los años, compartir las mismas expresiones moldea el rostro de manera similar”. La ciencia moderna ha descubierto por fin una antigua revelación bíblica: nos convertimos en lo que contemplamos. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18). El objeto de la atención de nuestros ojos, nuestras mentes y nuestros corazones ¡tiene la increíble habilidad de transformarnos desde dentro hacia afuera!

Cuando yo era joven, mi papá me enseñó a cortar nuestro césped. Me dio instrucciones de fijar mis ojos en un objetivo en línea recta al otro lado del jardín y avanzar hacia él. De esa forma, acabaría yendo derecho hacia mi punto de enfoque y, como resultado, las líneas del cortacésped estarían rectas. En lo que ponga su enfoque y a lo que le dé su atención crecerá en su vida. La realidad es que aquello a lo que entregue su atención le influenciará de una manera u otra. Si se enfoca tan solo en las malas noticias que escuche (por ejemplo, la oscuridad, la actividad demoníaca y los pensamientos negativos en general), sin lugar a dudas se encontrará a sí mismo cada vez más atado. Verá demonios en cada rincón, incluso cuando no estén ahí.

Una de las armas más poderosas de Satanás es el temor. Hebreos 2:14-15 nos dice que el temor puede traer ataduras. “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

Satanás quiere que usted esté tan distraído con lo que él está haciendo en el mundo, ¡que se olvide de lo que usted debería estar haciendo en el mundo! ¡Él quiere que usted se olvide de que es un ganador nacido de nuevo que ha obtenido victoria sobre el reino de la oscuridad! Mire, el temor paraliza a las personas y les impide cumplir el llamado de Dios para sus vidas. El diablo prospera en medio del temor, y el mal depende de ello.

El antídoto para el temor es el amor que, por supuesto, ¡viene de Dios! Pablo lo explica muy bien: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Si usted está enfocado en la oscuridad, entonces el temor controlará su vida. Si se enfoca en Dios, entonces el amor tendrá el control de su corazón. Primera de Juan 4:18 nos dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.

Como dijo Smith Wigglesworth: “Si tiene un Dios grande, tendrá un diablo pequeño; pero si tiene un diablo grande, tendrá un Dios pequeño”. Para mantener la perspectiva correcta, debemos mantener nuestra atención en Jesús, ¡el autor y consumador de nuestra fe!