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En el principio: Un estudio en Génesis 37-50Muestra

En el principio: Un estudio en Génesis 37-50

DÍA 7 DE 11

¿Cómo se puede superar el pasado y seguir adelante hacia el futuro?

José había estado viviendo en la voluntad de Dios casi toda su vida, y es evidente que la unción de Dios no lo había abandonado en todas las etapas de su vida. Finalmente, ahora Jacob y el resto de sus hijos también van a empezar a vivir dentro de la perfecta voluntad de Dios, ya que Jacob prepara a la familia para trasladarse a Egipto.

Esta escena se abre con el ahora anciano Israel, que, con fe, deja su hogar como su bisabuelo Abraham había hecho antes que él, confiando en que Dios lo bendiga en una nueva tierra. En el camino, Israel, como un hombre ahora lleno de fe, muy diferente a sus primeros años, se detiene en Beerseba para adorar a Dios, el Dios de su padre Isaac. Este era el mismo lugar donde los patriarcas anteriores, su padre Isaac y su abuelo Abraham, también adoraron al Dios de Abraham, Isaac y Jacob (Génesis 21:33, 26:23-25), que ahora también es el Dios de Judá.

El único encuentro divino registrado en la historia de José es cuando Dios se le aparece a Jacob, ordenándole que se traslade a Egipto, y prometiéndole una bendición y el reencuentro con su amado hijo perdido desde hace tiempo, José. Jacob parecía ser el tipo de persona que sólo se presenta en la iglesia una o dos veces por década. Sin embargo, antes de que la familia parta hacia Egipto, Jacob decide reunir a la familia para adorar a Dios. Es un hombre mayor y más piadoso. Esto es una esperanza para aquellos de nosotros que tal vez sentimos que hemos desperdiciado algunos años de nuestra vida; nunca es demasiado tarde para empezar a adorar a Dios fielmente.

Jacob está ahora en el comienzo de una importante transición de vida; Dios lo ha llamado a dejar la tierra prometida para ir a Egipto. En lugar de adorar a Dios al final, cuando todo ya ha sucedido, como hacemos muchos de nosotros, Jacob adora a Dios antes y durante el camino. Más que nunca, cuando estás en medio de una transición importante en tu vida, necesitas estar en la iglesia, en la Palabra de Dios y en la oración.

Cuando Dios habla a Jacob, le dice que no tenga miedo, y que es en Egipto donde Jacob se convertirá en una gran nación. Esto es importante para Jacob. Seguramente ha escuchado las historias de su padre sobre el viaje erróneo del abuelo Abraham a Egipto y lo desastroso que podría haber sido su final si Dios no hubiera intervenido. Poniéndonos en su lugar, podemos entender por qué Jacob podría dudar de repetir potencialmente este error y llevar a su familia a una tierra sin Dios con una cultura y un idioma diferentes.

Dios le dice a Jacob “no temas”. A menudo queremos una solución a nuestro miedo a lo desconocido, pero lo que Dios ofrece es una relación. Puede que no conozcamos todos los detalles del futuro, pero sí conocemos al Dios que gobierna y reina sobre el futuro, y podemos confiarle nuestros planes, nuestras vidas y nuestras familias. La invitación y el mandato más común de Dios en toda la Biblia es “no temas”, que aparece cientos de veces de una forma u otra. Dios sigue diciéndonos que no escojamos el miedo, porque a menudo nos encontramos llenos de temor. Frecuentemente, Dios también dice de alguna forma o manera que Él está con nosotros cuando estamos viviendo situaciones que tememos, y es su presencia la que nos guía y reconforta. Esto es precisamente lo que le ocurre a Jacob y a su familia durante generaciones en esta escena.

A veces podemos perder la voluntad de Dios para nosotros por seguir la voluntad de Dios para otra persona. ¿Qué le dijo Dios a Abraham? “Ve a la Tierra Prometida”. ¿Qué le dijo Dios a Isaac? “Quédate en la Tierra Prometida”. ¿Qué le dijo Dios a Jacob? “Deja la Tierra Prometida”. Jacob no habría cumplido la voluntad de Dios si hubiera imitado a su abuelo y se hubiera ido de su casa un momento antes de que Dios se lo hubiera dicho. Jacob no habría cumplido la voluntad de Dios si se hubiera quedado en la Tierra Prometida como lo hizo su padre. El punto es que Jacob siguió la voluntad de Dios para su familia, no la de nadie más. Queremos que Dios obre de la misma forma en que funcionan los libros para colorear por números, siempre el mismo proceso y resultado; que Él obre para nosotros de la misma manera en que obra para otra persona. Pero para discernir la voluntad de Dios, necesitamos ir primero a las Escrituras. Mucho de lo que Dios quiere para ti ya está en la Biblia. Segundo, podemos encontrar la voluntad de Dios a través de la oración pidiéndole: “Señor, pon una carga en mi corazón con lo que quieres que haga”. En tercer lugar, Dios también obra a través de los consejos sabios. Estas son las personas que conocen y aman al Señor, y a las cuales les podemos decir: “Esto es lo que estoy pensando. Déjame consultarlo contigo”. Si necesitas la voluntad de Dios para una decisión financiera, busca a alguien que ame al Señor y sea bueno con el dinero. Si quieres casarte, busca una pareja piadosa que lleve mucho tiempo casada y pídeles su sabiduría.

Por último, una vez que hayamos determinado la voluntad de Dios, debemos aceptarla y avanzar en ella. Probablemente a José no le gustó mucho la voluntad de Dios al principio. La traición, el abandono, la esclavitud, las falsas acusaciones, el encarcelamiento; José no habría escogido esto para sí mismo, pero aceptó sus circunstancias y adoró a Dios a través de ellas. Jacob probablemente tiene algunas reservas sobre el hecho de dejar la tierra en la que su familia ha existido durante más de cien años, pero acepta la voluntad de Dios y obedece.

José y Jacob finalmente se reúnen en la tierra de Gosén, y es un momento familiar maravilloso. En una de las ocasiones más conmovedoras de toda la Escritura, José se reúne con su amado padre Jacob, y mientras los hombres se abrazan, José “lloró largamente sobre su cuello”. Esto es una esperanza para muchos de nosotros con familias o relaciones rotas; si podemos mostrar perdón a los que nos han hecho daño, Dios puede obrar de manera asombrosa para reconciliar a las personas entre sí y reunir a las familias.

Lo siguiente que hace José es llevar a su familia ante el Faraón. Su padre y sus hermanos son extranjeros que no hablan el idioma y que trabajan en uno de los sectores más bajos de la mano de obra: el pastoreo. Esta es una imagen de lo que Cristo hace por nosotros. Somos extranjeros en el Cielo, marginados, de clase baja, gente sucia, y Jesús nos lleva a su Padre e intercede por nosotros. En cualquier otra circunstancia, Jacob y sus hijos no tendrían cabida ante un rey como el Faraón, al igual que nosotros no tenemos cabida ante Dios el Padre sin Jesucristo.

Los hermanos de José tienen humildad y no piden nada al Faraón, salvo seguir cumpliendo sus funciones de cuidadores de los animales. No se fijan en el título de José esperando para sí mismos posiciones o cargos de alto rango. La reunión con el Faraón concluye con una bendición que Jacob pronuncia sobre el Faraón. Como creyentes, tenemos el poder, a través del Espíritu Santo, de ser una bendición para aquellos con los que nos relacionamos, aunque no conozcan a Jesús. José ha sido una bendición para los que le rodean toda su vida, y ahora Jacob lo es para el Faraón. Nunca subestimes el impacto que puedes tener si dejas que Dios bendiga a las personas a través de ti.

José llevó entonces a su padre Jacob, de 130 años de edad, a conocer al poderoso Faraón. Sorprendentemente, el humilde anciano bendijo al Faraón dos veces (Génesis 47:7,10), ya que la bendición de Dios fue dada a través de él como patriarca cabeza de la familia del pacto. Esta familia, como todas las familias, tiene pecados y luchas, pero Dios siempre está con ellos, obrando a su favor y derramando bendiciones sobre ellos. La esperanza y la motivación para toda familia creyente es que adoramos al mismo Dios.

Pregunta:

¿Qué nos enseña esta parte de la historia de José sobre el hecho de perdonar rápidamente a las personas y esperar pacientemente para poder reconciliar nuestra relación con ellas?

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Acerca de este Plan

En el principio: Un estudio en Génesis 37-50

En este plan de 11 días, estudiarás Génesis 37-50, que te llevará a través de la vida de Jacob y sus 12 hijos, quienes se convirtieron en las 12 tribus de Israel. Estos capítulos destacan la vida de uno de ellos, José, y su trayectoria de sufrimiento y perdón. Esperamos que aprendas la importancia de confiar en Dios en tiempos difíciles y a perdonar a quienes te lastiman o decepcionan.

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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://realfaith.com/