En el principio: Un estudio en Génesis 37-50Muestra
¿Cuál es la clave para ser bendecido por Dios?
A medida que nos acercamos al final del libro de Génesis, llegamos al final de la vida de Jacob, también conocido como Israel. Ha pasado gran parte de su vida desobedeciendo y rebelándose a las leyes de Dios y, como resultado, la mayoría de sus hijos son también desobedientes y rebeldes. Sin embargo, a estas alturas, Jacob se ha arrepentido y se ha reconciliado con José y sus hermanos, así como con Dios. Como hombre arrepentido y cambiado, ahora ha recuperado la autoridad moral para dirigir a su familia y bendecir a sus hijos antes de morir, incluso dando palabras proféticas del Espíritu Santo sobre el futuro de sus hijos y nietos.
En esto, vemos que hay tres tipos de bendiciones. Una, es la bendición interna; esta es la bendición de saber que Dios te ama, te perdona y limpia tu conciencia. Esta es la bendición que Jacob tiene de Dios. Es la bendición que tienen los hermanos de José por su perdón. Dos, hay una bendición externa, que es un regalo. Alguien te compra un coche. Te pagan la hipoteca. Un familiar fallece y te deja una herencia. Esto es precisamente lo que ocurre en esta escena en la que la riqueza pasa de una generación a otra. Tres, hay una bendición eterna. Jesús dice que guardamos nuestro tesoro en el cielo donde la polilla y el óxido no destruyen. Muchas, si no la mayoría, de nuestras bendiciones son enviadas por adelantado y nos esperarán cuando entremos en el reino de Dios. Al morir, Jacob experimentará el comienzo de esta bendición eterna.
La ley de la bendición es que la lealtad debe ir en dirección arriba para que la bendición descienda. Para que Dios nos bendiga, debemos obedecerlo y ser leales a sus leyes. Para que nuestro jefe en el trabajo nos bendiga, primero debemos ser empleados leales. Para que nuestros padres nos bendigan, primero debemos ser hijos honrados y leales.
Algunas de las profecías más intrigantes se dan a Rubén, Simeón y Leví, Judá y José. Jacob comienza reprendiendo a Rubén por tener relaciones sexuales con la concubina de su padre (Génesis 35:22), y a Simeón y Leví por ser hombres violentos (p. ej, Génesis 34). Por esta razón, aunque Rubén era el primogénito de Jacob, no recibe la bendición habitual que recibe el primogénito. En el versículo 4 vemos que su deslealtad a su padre tiene una consecuencia.
Entonces nombra a Judá como el hijo de la promesa, ya que Judá ha hecho el viaje de impío a hombre piadoso de la misma manera que su padre. Además, Jacob profetiza la llegada de un rey del linaje de Judá en Génesis 49:10, que incluía a David (2 Samuel 7) y que finalmente se cumplió en Jesucristo, que es el Rey de Reyes.
Judá termina bien a pesar de un mal comienzo; era completamente inmoral y degenerado, desleal y rebelde a su padre y a Dios. Sin embargo, Judá tuvo un cambio de corazón. Se arrepintió, confesó sus errores y trató de vivir su vida en obediencia y lealtad. La lealtad fue hacia arriba y la bendición descendió Él va a ser el líder de la familia después de que Jacob muera. El Señor Jesús vendrá a través de la línea familiar de Judá. Hay una tremenda esperanza en esto para todos nosotros que, incluso si empezamos desleales y rebeldes, todavía podemos ser bendecidos por Dios si estamos dispuestos a arrepentirnos y someternos.
Jacob procede a bendecir a todos sus hijos. Algunas son palabras duras. Les llama la atención sobre su mal carácter y los condena por ello. Las palabras duras de una voz amorosa pueden ser una gran bendición si te hacen cambiar. Algunas de las bendiciones de Jacob son profecías. Les advierte de las pruebas que se avecinan, pero les tranquiliza diciéndoles que Dios está a su favor y que estarán bien si permanecen fieles.
El hijo que recibe la mayor cantidad de bendiciones de manera contundente es José. Jacob no podía utilizar un lenguaje más amable, más cariñoso y más orientado a la bendición cuando habla sobre José. Es algo tremendo ver a un padre hablar sobre un hijo. ¿Por qué José? Si la lealtad es hacia arriba, la bendición desciende. José es el que más ha aguantado siendo leal a Dios. José ha tenido la vida más difícil de todos sus hermanos, y aun así ha sido fiel. José es la prueba de que una mayor lealtad hacia arriba resulta en una mayor bendición hacia abajo.
Entonces, Jacob muere. Ha tenido una larga vida, llena de errores, pero termina la carrera con fuerza. El último día de nuestra vida es el más importante. Jacob ha hecho sus últimos planes. Tiene un terreno para ser enterrado. Ha dicho sus últimas palabras a su familia. Ha designado un líder para guiar a la familia en la próxima temporada, una vez que él se haya ido. Ha bendecido a sus hijos y nietos, y se ha asegurado de que todos sepan que los quiere. Jacob nos está dando un ejemplo de cómo pasar bien el bastón a la siguiente generación. Está terminando bien su carrera.
José lleva a su padre a ser enterrado, y llora profundamente. Se perdió la oportunidad de vivir las etapas de los 20 y 30 años de edad junto a su padre. Sus hijos no conocieron al abuelo hasta la adolescencia. El versículo diez del capítulo 50 dice que “hicieron duelo con una grande y dolorosa lamentación” durante siete días. El luto es tan grave que los lugareños que ven el cortejo fúnebre terminan renombrando la tierra “Abel Mizrayim”, que significa “luto”. Imagina que muere un ex presidente y el funeral de Estado es tan emotivo y conmovedor que cambiamos el nombre de Washington D.C. por el de “Tristeza”. Así de profunda es esta muerte.
El lamento es un tema muy serio y repetitivo en la Biblia. Es una emoción sana. A veces necesitamos lamentarnos para sanar adecuada y sanamente. Hay una actitud que muchos hombres tienen en la que piensan que necesitan enterrar sus emociones, atarse las botas y trabajar con su dolor. Si el Señor Jesús lloró por su amigo Lázaro, sabemos que un hombre emocionalmente sano tiene que ser capaz de llorar cuando es apropiado.
Se acerca un día en el que ya no tendremos que lamentarnos. Anticipamos un lugar donde no tendremos que llorar más. Apocalipsis 21 nos dice que cuando lleguemos al cielo y veamos a Jesús cara a cara, con Sus manos cicatrizadas por los clavos limpiará las lágrimas de nuestros ojos. Los que estamos en Cristo esperamos con ansias ese día.
Pregunta:
El resto de la Biblia contribuye en gran medida a nuestra comprensión de quién es este prometido Rey Venidero. Según Mateo 1:1-3, 2:6; Lucas 3:30-33; Hebreos 7:14; y Apocalipsis 5:5, Jesús es el prometido descendiente de Judá. Según Números 24:17; Hebreos 1:8; y Apocalipsis 19:15-16, Jesucristo es el Rey de reyes que volverá para gobernar todas las naciones de la tierra en cumplimiento de Génesis 49:10. Busca cualquiera de estos pasajes bíblicos que te interesen para ver cómo las promesas de esta escena de Génesis se cumplen en Jesucristo.
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan de 11 días, estudiarás Génesis 37-50, que te llevará a través de la vida de Jacob y sus 12 hijos, quienes se convirtieron en las 12 tribus de Israel. Estos capítulos destacan la vida de uno de ellos, José, y su trayectoria de sufrimiento y perdón. Esperamos que aprendas la importancia de confiar en Dios en tiempos difíciles y a perdonar a quienes te lastiman o decepcionan.
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Nos gustaría agradecer a Mark Driscoll por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://realfaith.com/