EL SEÑOR ES MI PASTOR

¿Qué vas a estudiar? ¿Cuándo te vas a graduar? ¿Cuándo te vas a casar? ¿Cuándo vas a tener tu primer hijo? ¿Y el segundo...? ¿No te han ascendido? ¿Cuál es tu proyecto de vida? ¿Cuáles son tus planes? Son algunas de las preguntas que nos hacen constantemente y que de alguna u otra manera han sido utilizadas para guiar la hoja de ruta de nuestra vida.

Hace poco sentí muchísima frustración porque a mi parecer no estaba cerca de lo que consideraba mi hoja de ruta. Me identifiqué repitiéndome varias preguntas como: ¿Qué tal que…? ¿Y si…? Y cada una terminaba con alguna preocupación asociada a un cambio en mis planes. ¿Te has visto a ti mismo tratando de descifrar todos los posibles escenarios futuros para “prepararte” y sentirte “seguro” ante cualquier situación que pueda cambiar tus planes?

Mateo 6:22-23 dice: “El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. Pero, si tu visión está nublada, todo tu ser estará en penumbra, ¡qué densa será esa oscuridad!”. A través de este versículo, Dios me reveló que mi visión estaba desenfocada porque en vez de seguir a Jesús, estaba siguiendo mis planes, mis anhelos, mis metas y mis sueños. Fue entonces, cuando Dios me recordó por qué uno de Sus nombres es YAHWEH – ROHI que significa El Señor es mi Pastor.

Según la Real Academia Española, “pastor” es una persona que guía, apacienta y cuida a sus ovejas. Aunque esta definición no es suficiente para describir el carácter de Dios como Pastor, nos sirve de referente para comprender que cuando Dios se reveló como nuestro pastor Él quiso ir más allá. Jesús dio Su vida para guiarnos y cuidarnos, por eso Él se presentó como el Buen Pastor (Juan 10:11).

Aunque dar Su vida por cada uno de nosotros fue más que suficiente, allí no terminó. A través del Salmo 23, comprendí que Él a través de Su guía y cuidado quiere ser nuestra provisión (salmo 23:1, Salmo 23:5), descanso (salmo 23:2a), paz (salmo 23:2b), fuerza (Salmo 23:3a), justicia (Salmo 23:3b), seguridad y valor (Salmo 23:4a, Salmo 23:6), confortación (Salmo 23:4b), bondad, amor (Salmo 23:6) y compañía (Salmo 23:6).

No sé cuál sea tu caso o las necesidades que puede suplir el Buen Pastor en este momento de tu vida. En mi caso, yo necesitaba volver a seguirlo y confiar en Él, así que busqué Su guía y salí con los brazos llenos de todo lo que Él es.

Renunciar a mis planes y a hacer las cosas a mí manera no ha sido fácil. Seguir a Jesús y no lo que nosotros queremos es algo contracultural. Sin embargo, cuando leo Juan 10 y el Salmo 23 puedo notar que Dios sabía que en mis fuerzas humanas renunciar a mis cosas no sería fácil. Su inmenso amor me recuerda que en Él lo tengo todo, por eso no necesito ir tras algo o alguien más. Juan 10:1-21 y el Salmo 23 están escritos en tiempo presente y eso me hizo consciente que Dios me permite disfrutar de Su compañía y guía como pastor hoy. Él quiere guiar mi presente para que en mi futuro yo siempre esté con Él.

¿A quién estás siguiendo? ¿En dónde está tu visión? ¿En quién o en qué estás poniendo tu confianza?