EL DIOS ALTÍSIMO

Como cristianos y creyentes, siempre hemos tenido presente que cuando el pueblo de Israel salió de Egipto deambuló por el desierto durante 40 años antes de poder entrar a la Tierra Prometida. Y, nos quedamos muchas veces es en ese pequeño aspecto de la historia, olvidándonos que fue allí, en el desierto donde la generación que salió de Egipto y la nueva generación que entraría a la Tierra Prometida pudieron conocer a Dios de forma sobrenatural. Pues, vieron cómo llegó el maná del cielo, cómo no se les gastaron las suelas de sus sandalias o sus túnicas. Fue un lugar donde Dios habló directamente a Moisés e incluso donde le reveló a la humanidad los mandamientos (Éxodo 20:1-17 – NVI).

Muchas veces en nuestras vidas anteponemos las circunstancias y entornos tales como nosotros mismos, nuestras familias, iglesia, ministerios, trabajos, relaciones interpersonales, problemas, etc., lo que hace que desplacemos a Dios de ese lugar de supremacía que Él quiere tener en nuestros corazones y mentes.

Cuando hablamos de Dios Padre como el Elyon quiere decir que Él es un Dios Altísimo, Soberano y que por encima de Él no hay nada ni nadie; Él es Todopoderoso y en nuestros corazones y mentes siempre debe estar por encima de todo sin importar lo que estemos viviendo o enfrentando. Esto fue enseñado directamente por el mismo Señor Jesús, quién nos indicó que debemos amar al Señor con todo nuestro corazón, con todo nuestro ser y con toda nuestra mente, siendo ese el primer y más importante de todos los mandamientos (Mateo 22: 37-40 NVI).

Dios es celoso en cuanto a su gloria y poderío, por eso nosotros también debemos ser celosos y darle a Dios el lugar que le corresponde. Es decir que si hemos sido bendecidos en todas las áreas de nuestras vidas, no debemos olvidar que es por Él en Su infinita misericordia que estamos siendo bendecidos y sobreabundados. O, si por el contrario, nos estamos enfrentando a situaciones adversas, no debemos olvidar que Él está por encima de esas situaciones y que está al control de las mismas conforme a Sus buenos planes para cada uno de nosotros (Jeremías 29:11 NVI).

¿Cuántas veces hemos antepuesto a DIOS en nuestras vidas? Él es Altísimo y como tal debe ser el primero en tu mente y corazón. Recuerda esto: “Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: «Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo». No tengas otros dioses además de mí” (Éxodo 20:1-3 – NVI).