El SEÑOR ES MI PROVEEDOR

Para empezar, me gustaría preguntarte: ¿Cómo te sientes en aquellos momentos en los que hay algún tipo de escasez en tu vida? Al reflexionar sobre esta pregunta, que por cierto es bastante compleja, podemos llegar a encontrarnos con respuestas de todo tipo. Tales como tristeza, preocupación, amargura, desespero y muchas otras sensaciones o emociones, que nos pueden llevar a tomar decisiones apresuradas y no siempre las más adecuadas para nosotros o nuestros entornos personales, familiares o laborales.

Es por ello que hoy quiero compartirte acerca de este gran atributo de la esencia de Dios como Persona, es decir como Padre; y como ese buen Padre que es Él (Mateo 7:11 NVI), es quién se encarga de nuestra provisión en todas las áreas de nuestra vida.

Pero, ¿qué es proveer? Según la RAE, tiene varias acepciones como ser: 1. Preparar, reunir lo necesario para un fin. 2. Suministrar o facilitar lo necesario o conveniente para un fin. 3. Dar o conferir una dignidad, un empleo, un cargo, etc.

Entendido lo anterior, podemos ver que Dios como Padre se encarga de suplir todas nuestras necesidades a nivel de nuestro espíritu, alma ycuerpo. Es decir que se encarga de TODO. Un claro ejemplo de ello fue en el jardín del Edén cuando Adán y Eva se dieron cuenta de su desnudez que los llevó a avergonzarse delante de Dios (Génesis 3:8-10 – NVI). Por lo que el Señor se encargó de hacerles un vestido para que se pudieran cubrir y estuvieran tranquilos (Génesis 3:21).

Así, durante toda la historia de la humanidad, el Padre Celestial se ha encargado de proveer a Sus hijos todo lo necesario para suplir sus necesidades, siendo la más importante de todas el poder gozar de una relación con Él. Esa es la principal razón por la cual nos proveyó a JESUCRISTO, quien se encargó a través de la cruz de darnos ese acceso ante el trono de la gracia del Padre, restituyendo y proveyendo primeramente nuestra identidad y relación como hijos de Dios.

En Mateo 6:25-34 (NVI), el Señor Jesús nos invita a no preocuparnos y a depender totalmente de Dios buscando primeramente Su reino y Su justicia para que todo lo demás sea añadido.

Recuerda que cuando Abraham fue llevado al monte a entregar a su hijo Isaac, Dios mismo le proveyó un carnero para que fuera sacrificado y fue por eso que él (Abraham) proclamó: “El Señor provee”, y en ese mismo lugar, la Escritura dice: “En un monte provee el Señor” (Génesis 22:13-14.- NVI). Hoy podemos decir que nuestra provisión fue dada en un monte, el Gólgota, a través del sacrificio que Cristo hizo en la cruz por ti.

Nuestra provisión es Cristo mismo, pues es por Él que hoy hemos sido restituidos delante del Padre Celestial como hijos de Dios, dándonos con ello la connotación de herederos (Romanos 8:17 – NVI).