La Incómoda Solución Para Prácticamente TodoMuestra
Una mujer unge a Jesús en Betania
Encontramos aquí tres escenas que nos revelan tres tipos de actitudes frente a Jesús. Actitudes y acciones con las que hoy también podríamos identificarnos.
La primera es la actitud de los líderes religiosos de la época. Su corazón estricto y apegado a la ley no les permitía ver quién era Jesús. Lo veían como una amenaza para sus intereses y les incomodaba que cenara con pecadores, que sanara enfermos en nombre de Dios y que hablara del amor como lo más importante. En ocasiones, podemos identificarnos con esta actitud, podemos convertirnos en el tipo de creyente exigente, crítico y murmurador. Incluso, que planea cómo hacerle mal al otro a sus espaldas, escudándose en argumentos supuestamente “correctos” y “justos”. Creer o conocer mucho de Dios, y aún así verlo solo de lejos o ser un tropiezo para la vida de otros.
La segunda actitud es la de Judas: uno de los doce de Jesús, alguien que a diferencia de los anteriores sí caminaba con Él y lo seguía de cerca, pero con la motivación incorrecta. En realidad, este Judas acostumbraba robar de la bolsa de dinero de Jesús y Sus discípulos, y estaba a pocas horas de venderlo por más monedas. Judas andaba cerca de Jesús por interés, por las cosas materiales que podía obtener de Él. Hoy también podemos servirle por lo que puede darnos a cambio. O, incluso, porque hablar de Jesús es un trabajo lucrativo o alimenta nuestro ego o imagen personal.
Finalmente, la actitud de la mujer que derramó el frasco de perfume. La única actitud que Jesús defendió. Ella decide darle lo mejor que tiene a Jesús, lo más valioso, así otros pensaran que era un desperdicio y la criticaran. Cuando seguimos a Jesús y decidimos darle lo mejor de nuestras vidas, podremos recibir comentarios similares. Algunos dirán que hubiera sido preferible dedicar nuestro tiempo o recursos a algo más rentable o importante, pero Jesús se complace en nuestra decisión. Como lo hizo con María, Él será nuestro defensor. Se encargará de que esas obras hermosas que hagamos para Él impacten la vida de otros, de la misma forma que la historia de María impacta hasta el día de hoy. Ella seguía a Jesús porque lo amaba y porque lo mejor que Jesús podía darle a cambio era Su presencia misma. Recibamos la gracia de Jesús y disfrutémosla, descansando en que Él siempre cuida de nosotros.
Escrituras
Acerca de este Plan
Jesús, lleno de gracia y verdad, se revela al hombre, a nosotros, para llevarnos a vivir la vida de una manera diferente. La gracia no se basa en méritos, logros o esfuerzos humanos. No es por nuestra bondad o buenas acciones, sino porque, de manera inmerecida, Dios la extiende a quienes se acercan a Él con la actitud correcta.
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Nos gustaría agradecer a Confra Unicentro por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://confraternidad.org.co/