La Incómoda Solución Para Prácticamente TodoMuestra

Felipe y el etíope

Dios hace cosas insólitas. Felipe fue el instrumento de Dios para llevar las Buenas Noticias de Jesús y Su gracia a un hombre etíope en medio del desierto. Después de guiar al hombre a la fe y al bautismo, Felipe y el etíope subieron del agua. Cuando lo hicieron, sucedió que el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más. Felipe simplemente desapareció de la vista del eunuco etíope.

Dos personas sobresalen en este relato bíblico. Felipe, quién estaba dedicado a compartir las Buenas Noticias de Jesús, y el etíope, funcionario de Candace, reina de los etíopes. Ambos nos desafían con sus decisiones en nuestra relación con Dios. Felipe, por su parte nos muestra su respuesta de obediencia. Dejó Samaria y emprendió el viaje por el desierto guiado y confiado en Dios. Además invirtió tiempo y atención en una persona.

El etíope, por otro lado, reconoce su necesidad de ser enseñado, su falta de conocimiento y su sed de conocer y saber más de Dios. Esto permite a Felipe compartir las Buenas Noticias de Jesús con él, de Su abundante gracia que trae libertad y salvación. El versículo 37 dice: “Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios”. Dios desea tener un encuentro insólito y asombroso contigo, no te pierdas la oportunidad de conocerlo y vivir tu vida con Él.

Dios desea usarte para que otros puedan conocerlo, así como usó a Felipe con el etíope. No te pierdas el privilegio de ser parte de SU historia en la vida de otras personas. No te enfoques en esperar que Dios haga las cosas cosas solo, cumple el encargo que Dios te ha dado. ¡Cumple tu tarea! Dios se encargará de lo insólito. Busquemos a Dios, busquemos conocerlo más. Pidamos ayuda o busquemos espacios u oportunidades para ser enseñados. También, aprovechemos las oportunidades que Dios nos da de hablar a otros de Él, como lo hizo Felipe, para que otros también lo conozcan y lo sigan.