Oraciones con audaciaMuestra

Oraciones audazmente simples

Estamos acostumbrados a pensar en la oración como una recitación o una muestra de los estándares espirituales de una persona. En realidad, la Biblia nos dice lo contrario. Mateo 6:5 NVI dice: “Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa”. La oración más audaz es la que no se enfoca en la exuberancia o exageración de las palabras, sino la que se centra en expresar todo lo que está pasando en lo más profundo de nuestro corazón.

Hay tres elementos de una oración simple que pueden producir audaces resultados en nuestras vidas:

• Ve solo:

Jesús dice: “Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.” A Dios le gusta estar a solas con nosotros. ¿Por qué Dios quiere que estemos a solas con Él?

- Quiere que pasemos un tiempo sin interrupciones con Él.

- Quiere que algunas de nuestras oraciones no sean “escuchadas” por los hombres.

- Quiere que nuestro tiempo en privado con Él, pase inadvertido.

• Hazlo simple:

A Dios no le impresionan las “grandes” palabras. Jesús dice: “Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.”

La oración es una actividad que se realiza “en cualquier momento, en cualquier lugar y por cualquier persona”. Dios no busca un encabezado o un pie de página en nuestras oraciones. A Dios no le interesan las oraciones de memoria, rutinarias, sin sentido, desconsideradas ni repetitivas. Tampoco es necesario que las oraciones sean largas en un esfuerzo por convencer a Dios sobre lo importante del asunto.

• No imites a los demás:

Jesús dice: “No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.” A Dios no le interesan las oraciones copiadas de otros. No tenemos que ser grandes predicadores para llamar la atención de Dios. A veces nos enfocamos en encontrar el mejor modelo de oración para llamar la atención de Dios, olvidando que nuestro Padre quiere que hablemos y nos relacionemos con Él, como un niño.

La conclusión es, que las oraciones audazmente simples que proceden de un corazón sincero, tienen acceso directo al corazón del Padre.

Momento de reflexión:

1. Examina las aspectos rutinarios de tu tiempo de oración.

2. ¿Cuáles son esos aspectos de tu oración que te han complicado?

3. ¿Cómo puedes mejorar tu tiempo a solas con Dios?

Conversa con Dios sobre todo lo que has escrito.