Oraciones con audaciaMuestra

Oraciones que nos transforman

Orar por los demás es una fuente de restauración para nosotros. Orar por otros nos permite abandonar la rabia y la decepción que sentimos por algunas personas. El fuego del resentimiento y la ira, actúan como una lenta llama consumidora que puede dañar nuestra salud física y mental. Orar por los demás nos libera de esto y apaga el poder destructivo de nuestras emociones negativas.

En el fondo, orar por otros, nos transforma primeramente a nosotros, y luego a los demás. Las ideologías de la nueva era siempre hablan del poder del pensamiento positivo. Pero, ¿alguna vez hemos experimentado el poder de la "oración positiva"? Cuando oramos por el bienestar de los demás, se genera una transformación en nuestro interior. La forma más rápida de cambiar una relación mala en una buena, comienza por dar gracias a Dios por la gente que no es de nuestro agrado.

¿Cuál debe ser nuestra petición de oración por los demás? Muchas veces, nos enfocamos en oraciones materialistas por otras personas. Pero Pablo tiene una mirada totalmente distinta respecto a esto. Él nos da cuatro claves. Esta es la oración transformadora, que tiene el poder de cambiar nuestras actitudes y la de otros. En Filipenses 1:9-11, se nos exhorta a:

- Orar para que nuestros compañeros crezcan y abunden en amor.

- Orar para que tomen decisiones sabias y disciernan lo que es mejor.

- Orar para que hagan lo correcto, que sean puros e irreprochables.

- Orar para que vivan para la gloria de Dios y sean llenos de frutos de justicia

¿Por quién debemos orar?

La Biblia nos lleva a orar por cinco grupos de personas:

- Amigos y familia.

- Sectores necesitados y vulnerables de la sociedad.

- Aquellos que nos desagradan, nuestros enemigos y aquellos que buscan hacernos mal.

- Nuestras autoridades electas y lideres, aunque no hayamos votado por ellos.

Cuando intercedemos los unos por los otros, reflejamos la preocupación natural de Dios por nosotros y, de ese modo lo glorificamos. Orar por otros, nos permite colaborar con Dios para establecer su voluntad en la tierra. ¿Quieres ser un colaborador del Rey del Universo? Apenas comiences a orar por los demás, podrás unirte a su equipo.

Momento de reflexión:

1. Haz una lista de personas que no te agradan, y ora por ellas.

2. Reflexiona en el comportamiento que te desagrada en otros, y medita si esas actitudes se encuentran en ti.

3. Describe tu imagen perfecta de cómo sería el "cielo en la tierra" en este mundo y, ora por eso.

Conversa con Dios sobre todo lo que escribiste.