Oraciones con audaciaMuestra

El ingrediente más importante de las oraciones audaces

Si tuviésemos una conversación con cualquier guerrero de oración, entenderíamos que para construir un estilo de vida de comunión profunda y audaz con Dios, 'la constancia es la clave.' Una comunión constante con el Padre es el hábito audaz que nuestra vida necesita. Aquí tienes algunos consejos para desarrollar una vida de oración constante:

• Haz de la oración tu prioridad

Revisemos la vida de Daniel. Daniel tenía uno de los cargos más influyentes de su tiempo. Tenía un trabajo muy demandante, debía tratar con los reyes, y la nación entera estaba bajo su control. Y más encima, había gente conspirando contra él. Aún así, en medio de todas sus responsabilidades, Daniel priorizó su vida de oración. La vida de Daniel nos enseña que una vida de oración constante requiere un tiempo, un lugar, y una rutina concreta. Su vida de oración constante fue la herramienta que le permitió enfrentar los desafíos de su vida. Las personas que tienen una vida activa, ponen a Dios en el primer lugar de su lista de prioridades.

• Ajústate a un horario:

Hechos 3:1 NVI dice, "Un día subían Pedro y Juan al Templo a las tres de la tarde, que es la hora de la oración. Tener una 'hora de oración' nos ayudará a desarrollar una vida de oración constante. Es importante fijar una hora en el día para la oración y estar dispuestos a respetarla. Debemos ser realistas para escoger el momento, que no nos distraigamos fácilmente y podamos tener un tiempo de calidad para orar.

• Elige un compañero responsable

Un compañero de oración puede ser el mejor aliado que podemos tener para construir una vida de oración sólida. Reunirse a tomar un café cada semana para hablar de la vida de oración del otro o ponerse al día a través de una llamada o un mensaje sobre los horarios de oración del otro, puede contribuir considerablemente a construir una vida de constante oración.

• Utiliza recordatorios:

Cuando desarrollamos un hábito nuevo, debemos recordárnoslo continuamente durante todo el día. Tenemos que pegar recordatorios en nuestras pertenencias, en nuestros hogares, y en nuestro lugar de trabajo para que nuestro entorno nos empuje a orar. Podemos fallar en nuestra constancia de vez en cuando. Todos pasamos por momentos en los que nuestra vida de oración decae. No nos desanimemos en esas situaciones, sino que ¡sigue adelante! La gente exitosa hace regularmente lo que los demás hacen de vez en cuando.

Momento de reflexión:

1. ¿Cuándo puedes organizar un momento tranquilo de oración con Dios?

2. ¿Qué obstáculos pueden alejarte de tener ese tiempo de calidad con Dios, y cómo puedes solucionarlo?

3. Has una lista de motivos por lo cuales orar en ese tiempo tranquilo con Dios.

Conversa con Dios sobre todo lo que has escrito.