Oraciones con audaciaMuestra

Las pequeñas oraciones pueden hacer una gran diferencia

Jabés es llamado frecuentemente el “prodigio de la genealogía” o el “pequeño gran hombre” de la Biblia. Después de líneas y líneas de genealogía, el pequeño testimonio de Jabés emerge como un faro al hecho de que una pequeña oración tiene el poder de poner nuestras vidas en un camino de crecimiento.

Aquí hay algunas lecciones sobre la pequeña oración de Jabés:

• El susurro de una oración pueden cambiar tu vida: Puede haber ocasiones en las no sea posible hacer una gran oración. En aquellas situaciones, el simple susurro de una oración puede traer un gran cambio de paradigma en nuestras vidas. Las pequeños silencios y los diminutos lamentos de los lugares más profundos de nuestro corazón, tienen el poder de transformar el curso entero de nuestras vidas. El llanto de Jabés pidiendo un progreso no fue de forma alguna elocuente. Sin embargo su pequeño llanto sincero para ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes, fue suficiente para desatar las riquezas de la gloria de Dios.
• Las pequeñas oraciones pueden tener grandes visiones: Cuando Jabés oró para que su territorio fuese extendido, en esencia estaba diciendo, “Dios, Tú me has creado para algo más que esto.” Dios siempre quiere ampliar nuestro círculo de influencia. Él dice: “Ensancha el espacio de tu tienda y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites!” Dios quiere que miremos a nuestro alrededor y digamos, “nací para más que esto.” No permitas que tu mente te prive de todo lo que Dios tiene para ti.
• Una pequeña oración puede acercar la mano poderosa de Dios: La mano poderosa de Dios es el elemento fundamental para triunfar en nuestras vidas. Podemos ser aventajados y tener aptitudes, belleza, y certificaciones, pero si la mano del Señor no está con nosotros, no seremos exitosos en este viaje que es la vida. Y a medida que la recorremos, la mano del Señor nos da su favor e influencia. Jabés reconoció esto y pidió que la mano de Dios estuviese sobre él.

La Biblia dice, “Y Dios le concedió su petición.”

La historia que comenzó con una situación trágica terminó con un próspero final, gracias a la pequeña oración que cambió el curso de la vida de Jabés. Su oración destaca por ilustrar la acogida de Dios a las visiones, sueños y deseos audaces que vienen de los susurros de pequeñas oraciones.

Momento de reflexión:

1. ¿Qué sueño audaz tienes que quisieras compartir con Dios?

2. ¿En qué área de tu vida quisieras que Dios expanda tu territorio?

3. Escribe una pequeña oración audaz que creas que puede cambiar el curso de tu vida.

Conversa con Dios sobre todo que has escrito.