Oraciones con audaciaEjemplo

Oraciones que magnifican a Dios

Hay dos tipos de personas en este mundo: aquellos que se ahogan en una vaso de agua y aquellos que desafían los más grandes problemas de sus vidas con un rugido de alabanza y adoración. Veamos la historia de María.

Los historiadores dicen que ella tendría 16 años cuando quedó embarazada del Espíritu Santo. Por aquel entonces, María se arriesgó a morir apedreada por haber estado embarazada fuera del matrimonio. Pero, en medio del caos, María glorificó al Señor. Básicamente, María estaba diciendo: "No tengo idea cómo voy a enfrentar el desastre que se aproxima, pero sí sé que mi Dios es mucho más grande que la presión y las dificultades de este tiempo de mi vida".

Veamos 3 razones que nos impiden magnificar a Dios:

• La incredulidad:

Los hijos de Israel son un excelente ejemplo de una vida llena de incredulidad. Vivían en la luz constante del poder milagroso de Dios, pero eligieron desconfiar y cuestionarlo continuamente. Salmos 78:20 NVI dice: “Cuando golpeó la roca, el agua brotó en torrentes; pero, ¿Podrá también darnos de comer? ¿Podrá proveerle carne a su pueblo?” Cada vez que nos preguntamos si Dios es capaz de hacer algo, elegimos minimizar su poder y magnificar nuestro problema.

• La desobediencia:

La obediencia glorifica a Dios, pero cuando no nos sometemos a la dirección y a los principios de Dios, voluntariamente agrandamos nuestros problemas. No podemos seguir siendo rebeldes y desobedientes, y esperar que Dios intervenga con su gloria en nuestras vidas. La constante rebelión de Israel no sólo molestó a Dios, sino que los entregó a la opresión del enemigo.

• La insatisfacción:

La queja devalúa todo lo que Dios nos ha dado. Los hijos de Israel acumularon gran cantidad de problemas, simplemente porque seguían quejándose ante la más mínima señal de dificultad. Nunca reflexionaron sobre las maravillosas formas en las que Dios los ayudó en el pasado. Esto finalmente resultó ser un obstáculo para que toda una generación entrara en la tierra prometida.

Cuando elegimos magnificar al Señor en todas las circunstancias, amplificamos su provisión, protección y poder sobre nuestros problemas. Esto es exactamente lo que hizo María. Ella continuó declarando el poder de Dios sobre su situación. Cuando magnificamos a Dios en medio de nuestras dificultades, Él solucionará esos problemas que parecen gigantes.

Momento de reflexión:

1. Escribe tus tres principales quejas en la vida y refútalas con una declaración de fe o una promesa que Dios te haya dado?

2. ¿Cuáles son esas áreas de tu vida en las que te has demorado o negado obedecer a Dios?

3. Escribe un pequeño coro propio de cuatro líneas que magnifique a Dios.

Conversa con Dios sobre todo lo que has escrito.