Biblia en Un Año - ÉxodoMuestra

Cuánto me gusta esta parte de la historia , sin embargo no puedo dejar de extraer lo mejor de lo mejor, y esto es resultado de amar la Palabra de Dios, ¡te lo recomiendo!.

Pero en esta parte de instrucciones para los hijos, pactos, ordenanzas y protección sobre ellos, me toca mi corazón de madre.

Vaya, ¡cuánta responsabilidad!. Tenemos el compromiso de ayudar a nuestros descendientes a captar el significado de por qué hacemos lo que hacemos, dónde se basa nuestra fe y por qué no nos movemos (o nos movemos) una vez que recibimos indicación de Dios.

Esta verdad nos es presentada una y otra vez y está cerca, al lado, diciéndonos:

“Sí, esto lo estoy diciendo también para ti, no importa lo que tengas planeado”

Pero me llama la atención especialmente la salida de la esclavitud de los hebreos.

Traigo a mi memoria el día de libertad que experimenté cuando conocí de Dios, ¿estaba verdaderamente feliz?. De eso no había duda.

Aquí aprendí a escuchar debidamente al Espíritu de Dios y no el espíritu de religión que en ocasiones quiere gobernar; a elegir sabiamente mis autoridades espirituales que potencializaran lo poco que tenía internamente.

El espíritu con el cual salieron: dentro de esa gran multitud ni una sola persona vaciló, no hubo incrédulo en ese grupo de personas.

Todos se habían preparado para salir y en lugar de tristeza y temor los encontramos felices a la espera de la libertad prometida.

¡Así debe ser la reacción del espíritu de libertad!

Cada día admiro más a este libertador:

No cedió a la voluntad de la carne, aun cuando aguijonazos dolorosos de rechazo e incredulidad del pueblo lo pudieron haber hecho sentir indefenso.

Estuvo arraigado y cimentado en Dios, creyendo, oyendo, obedeciendo…Moisés: ¡tú eres pleno porque Dios te hizo pleno!

Oración:

Y lo contaré a mi hijo diciendo: celebraremos la pascua con motivo de lo que Dios hizo conmigo cuando me sacó de “Egipto”; y te será por señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos para que la Palabra de Dios esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte me sacó Dios de “Egipto”, y no lo olvidarás sino que será el cimiento de la fe que llevarás a tu casa cuando seas grande, y tus hijos lo conocerán.