Biblia en Un Año - ÉxodoMuestra

No sé si porque fui educada bajo el concepto que papá y mamá tenían razón, que ellos elegirían por mí ya que sabían más que yo o porque al desobedecerles recibiría un castigo, pero mi relación con Dios es semejante a la formación que recibí: Tú mandas, yo obedezco.   

Lo menciono porque aún pienso que es inaudito la cantidad de calamidad que este hombre testarudo, necio, terco, fatuo trajo sobre Egipto por no decidir obedecer a Dios.  

¿Diez plagas?, ¡por favor!. Quienes conocemos a Dios, tanto Su espectacular amor como Sus procesos, entendemos que no hay espalda que pueda soportar Su disciplina y seguir indiferente. 

"¿Quién es YHVH?” preguntó el obstinado Faraón.  

He aprendido que enfrentar a este tipo de personas, se debe hacer con el mismo sentir, ya que ellos no entienden si se les habla de manera dulce, con palabras tiernas y sensibles.  

Se requiere atraer la atención de ellos de diferente manera… especialmente con las diez plagas.   

La nación entera sufrió, lamentablemente. De las peticiones de oración que con mayor frecuencia, urgencia, inmediatez debemos realizar es por nuestras autoridades, autoridades (doblemente dicho); o sea el plus de las autoridades, ya que ellos serán quienes nos lleven a tiempo de prosperidad o al tiempo de “plagas” por su corazón duro.  

La fe no va a crecer mágicamente por el solo hecho de que queramos hacer grandes cosas para Dios y los demás; o porque nos gusta dormir mejor en la noche, o porque queramos un pase para salir del infierno. 

Nuestra fe va a crecer cuando se desarrolle disciplinadamente a través de los procesos y confianza en Dios.   

Y cuando este ritmo sea permanente notaremos que esa fe audaz se hace más musculosa.

Imagino a Dios parado en la puerta de mi futuro, invitándome a ir.  

En ocasiones soy como Moisés, permitiéndole entrar en la oscuridad de mi preocupación y Él abriendo una puerta hacia un día mucho más prometedor, lleno de liberaciones y victoria.   

Esta invitación también es para ti.   

Oración:  

Padre: ¡Cuando sientas que me frena el temor, muéstrame la maravilla de Tu poder!. Háblame como lo hiciste con Moisés, de manera directa, segura, poderosa y sabré obedecer lo que indiques. Sea mi vida instrumento de bendición, salud y reconciliación. Que la palabra correcta brote de mis labios para bendecir a aquellos que están buscando una solución y más de Ti.