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Emociones

DÍA 5 DE 7


Expreso mis emociones a los demás

Ayer aprendimos a presentar delante de Dios cada emoción, especialmente aquellas difíciles que nos desbordan como enojo, ira, miedo, ansiedad, tristeza. Llevarlas al lugar correcto nos permite recibir de Dios el socorro oportuno. 

Si hablamos por ejemplo del enojo, una de las emociones más complejas de gestionar y de expresar de manera adecuada, muchas personas creen erróneamente que el enojarse constituye un pecado. Sin embargo, Dios nos dice en su Palabra que si nos enojamos, no pequemos. Nos advierte que no debemos dejar que el enojo permanezca mucho tiempo en nosotros. Además, nos invita a cuidar nuestro corazón, lo que implica sanarlo de heridas pasadas que nos hacen más propensos a estar constantemente enojados. La sanidad viene de Él.

Es importante expresar nuestras emociones, cualesquiera que sean, sin que nuestra conducta lastime a los demás. El guardar las emociones, sin llegar a expresarlas correctamente, puede traer enfermedades del alma y del cuerpo. Como dice su Palabra “el buen ánimo constituye un buen remedio, pero el espíritu triste seca los huesos” y "mientras callé, se envejecieron mis huesos". Callar y ocultar nuestras emociones traerá problemas a nuestra salud. Lo que no hablamos con la boca, lo hablará nuestro cuerpo.

Dios es sabio y nos diseñó con emociones. Él desea que aprendamos a expresarlas, primero delante de Él, sabiendo que no nos va a rechazar y luego con las personas con quienes nos relacionamos, hablando en amor que es el vínculo perfecto.

Es importante recordar que las emociones no deben dominarnos. Por el contrario, debemos entregar el control de todas ellas al Espíritu Santo. Él nos dará un fruto apacible para manifestarlas en amor a quienes nos rodean. Por ejemplo, una vez que entrego a Dios el enojo que estoy sintiendo hacia alguien, luego puedo hablar con esa persona (ya no gritarle) y explicarle lo que siento (puedo reconocer mi emoción), expresando qué causó ese enojo. Así, cumpliremos el mandato del Señor: “enójense, pero no pequen”. Podremos ser amables unos con otros.

Y si en algún momento hemos pecado contra nuestro prójimo en la expresión errónea de alguna emoción, lastimando con palabras y/o actitudes, debo pedir perdón a Dios y a quien ofendí, para mantener una relación armoniosa, como el Señor ordena.

Ahora es tiempo de reflexionar: ¿has estado expresando correctamente tus emociones a las personas cercanas a ti? ¿Tiendes a guardar emociones que luego se manifiestan en tu salud?

Hoy te invito a que, en oración, pidas a Dios que te ayude a expresar tus emociones negativas adecuadamente, en amor y bajo el dominio del Espíritu Santo .

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Acerca de este Plan

Emociones

Alegría. Tristeza. Ira. Compasión. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros la capacidad de sentir profundamente. Y cuando podamos procesar mejor nuestras poderosas emociones, podremos comenzar a comprender cómo Él las usará para bien.

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Nos gustaría agradecer a Jazôn por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jazon.info/