Creciendo en Estatura, Gracia Y Sabiduría Muestra

En todo tiempo, y ya no se diga en la adolescencia, la buena alimentación y los controles médicos son importantes para el desarrollo físico de los niños. La comprensión, el amor, la atención, la comunicación así como la disciplina equilibrada que les demos son parte importante para un sano desarrollo emocional. Y el consejo oportuno de la Palabra del Señor de manera consecuente es vital para su espíritu.

Tenemos diferentes compromisos con nuestros hijos, pero el más grande es el que Dios nos ha ordenado y es la enseñanza de los valores de su reino. Para ello, como dice Deuteronomio 6:6, es necesario que estén primero en nuestro corazón y luego repetirlas a nuestros hijos constantemente. Nuestras palabras y nuestras acciones serán la primera referencia que nuestros hijos tomarán como ejemplo.

Desde hace tres años me convertí en ama de casa a tiempo completo, luego de una transición en mi vida. Y aunque paso llena de muchas tareas, cuido de que mi prioridad siempre sea Dios y luego mi familia. Busco maneras de dejarles a mis hijos una enseñanza de parte de Dios a través de Su Palabra y también de la vida diaria. Suena fácil pero no lo es; sin embargo, con mi esposo estamos conscientes que humanamente nadie más anhela tanto la salvación de nuestros hijos que nosotros como padres.

Esfuérzate por enseñar a tus hijos, que son la herencia de Dios para ti, principios eternos con los que puedan enfrentar el mundo. La educación, un título, un trabajo son valiosos en esta vida, pero por sobre todo eso, ¡el mayor tesoro que deben tener nuestros hijos es a Jesucristo! Lo demás es añadidura.

Se darán momentos en que los chicos no quieran escuchar, menos si se trata de regaños o sermones. Y los mejores aliados serán la paciencia, la empatía, una buena comunicación y también nuestro ejemplo. De allí que tú conoces bien a tus hijos, sabrás de qué manera atraerlos. Toma tiempo para desarrollar buenas relaciones con ellos. Vale la pena y sobre todo, ¡vale la eternidad de sus almas!

Te invito a orar para que tus hijos amen al Señor con todo su ser, que sean atraídos cada día a su presencia. ¡No bajes la guardia en tu oración por ellos!