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¿Cómo empiezo a perdonar? 

Durante estos días hemos hablado sobre perdonar, incluso a nosotros mismos. Pero tal vez te estés preguntando, ¿y cómo empiezo a perdonar? Primero que nada, tenemos que entender dos cosas: el perdón es una decisión y el perdón no es olvidar.

Honestamente, cuando alguien nos hace daño queremos que sufra, pero para empezar a perdonar tenemos que morir a nuestro derecho de querer cobrar deuda. Aunque quisiera que la persona que me hizo daño sufriera lo mismo que me hizo a mí (ojo por ojo), perdonar es saber que el sufrimiento que Jesús tuvo en la cruz es suficiente sufrimiento para que nadie me deba nada a mí.

Normalmente nuestra frase es “yo te perdono, pero hay un Dios”, sin embargo, para empezar a perdonar tenemos que pedirle a Jesús que también Él perdone al deudor.

Como leímos en Hechos, cuando Esteban estaba siendo apedreado en vez de pedir venganza, le pidió a Dios que no los culpara por lo que le estaban haciendo. ¿Sabes quién era la autoridad que estaba permitiendo que Esteban estuviera siendo apedreado? Saulo, quien luego sería Pablo. Dios perdonó a Pablo gracias a esa oración y ha sido alguien que ha marcado tantas generaciones por las cartas que escribió.

¿Cómo sabemos si estamos madurando en el perdón hacia alguien? Cuando oramos por esa persona de todo corazón, pidiéndole a Dios que lo bendiga.

¿Quieres en tu vida mayor bendición? Si tú quieres eso para ti y tú eres un pecador perdonado por gracia, entonces tienes que perdonar como Jesús te perdona: bendiciendo.

La oración del Padre Nuestro nos enseña que, así como Dios nos perdonó a nosotros, tenemos que perdonar a los demás. Cuando realmente creemos eso, estaremos dispuestos a empezar a perdonar.

Oración: 

Señor Jesús, te doy las gracias porque tú me has perdonado a mí tantas ofensas y tantas deudas. Y hoy decido perdonar y creer que en la cruz Tú pagaste ese sufrimiento. Te pido que le tengas misericordia y perdones a quien me hizo daño, también te pido que lo bendigas. En el nombre de Jesús, amén.