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Ama a Dios, ama a tu familia.Muestra

Ama a Dios, ama a tu familia.

DÍA 5 DE 10

Decido perdonar a mis hermanos y/o cónyuge

Génesis 25 nos ilustra a un Esaú cansado y con mucha hambre cuando Jacob le vendió sus lentejas por la primogenitura, ¡Jacob se aprovechó de la debilidad de Esaú en ese momento! Esa acción amargó su corazón. Tal vez un hermano, un amigo o incluso tu esposo o esposa han causado amargura en ti, sientes que se han aprovechado de ti, o que te han ofendido con ciertas acciones. La Biblia no narra que Esaú y Jacob se reconciliaran (sí narra su reencuentro, pero no que su relación se restaurara), lo cual causó aún más amargura en la vida de Esaú, vivió lejos de su hermano, nunca sanó su herida. Entre más cercana sea la persona, más profunda es la herida que causa.

En Mateo 6, Jesús nos confronta cuando nos dice: perdona, pues si te niegas a perdonar, el Padre celestial no te perdonará. Este punto Jesús lo ejemplifica aún mejor en el capítulo 18 de Mateo, cuando cuenta la parábola de los dos deudores. Un rey movido a misericordia decidió perdonarle a su siervo una deuda impagable y exorbitante, pero este mismo siervo se niega a perdonar una deuda a su consiervo que era cien veces más pequeña de lo que él debía; así que cuando el rey se entera de esto decide que sea castigado hasta que page por completo su deuda. Jesús con esta parábola no te está condenando si encuentras difícil perdonar, o si te enojaste, o si te dolió, o si estás batallando por perdonar, lo que Jesús condena es el negarnos rotundamente a perdonar. Es confortante pensar que Jesús pagó tu deuda, pero cuando pensamos en que Jesús también pagó la deuda de quien te ofendió y te debe, es fácil llegar a una contradicción al querer que esa persona “pague lo que debe” o que “le vaya mal porque te hirió”.

Es natural esperar recibir lo que te deben y te corresponde. Pero siempre recuerda que tu deuda fue mucho más grande, tu deuda con Dios era impagable y merecía la muerte eterna, sin embargo, Jesús pagó por ti y te regaló su herencia. 

Perdonar puede sonar tonto porque te estás negando a recibir algo que te corresponde, pero eres seguidor de Jesús, y la cruz es la prueba de que perdonó todos los pecados que cometiste contra él; en contra de ti mismo y en contra de otras personas. Era justo que tú y yo muriéramos y no Él, pero decidió pagar por ti. Entonces, como buen seguidor y como redimido agradecido, decide imitarlo y perdonar las heridas que tu esposo, esposa o hermanos causaron.

Aún cuando has sido abusado emocional, física o sexualmente, la mejor solución es perdonar, sólo así puedes ser verdaderamente libre de aquél que te hizo daño.

Oración:

Gracias Jesús porque tú pagaste por mí, gracias porque la cruz me anima a perdonar a mi cónyuge y a mis hermanos. Decido una vez más perdonar por encima de cobrar la ofensa, porque entiendo que soy redimido y que mi ofensa fue más grande. En Cristo Jesús, amén.

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Ama a Dios, ama a tu familia.

El secreto detrás de una familia imparable es el perdón, éste no es solo un momento de oración. Es un proceso. En este devocional reflexionaremos sobre cómo identificar raíces de amargura, las consecuencias de la falta de perdón, y cómo podemos ser libres y recibir la gracia de Dios para poder perdonar, y así parecernos más a Jesús.

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Nos gustaría agradecer a Mas Vida Mexico por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://masvida.org/