Ama a Dios, ama a tu familia.Muestra

Perdón sin atajos

¿Te has encontrado fantaseando que decías los argumentos perfectos para ganar esa discusión que tuviste hace tres meses, o reaccionando de una forma valiente ante alguien que quiso intimidarte la semana pasada? Como seres humanos solemos encontrar remedios para “resolver” las heridas que otros nos han hecho; desarrollamos mecanismos de defensa para disminuir el dolor, como hacernos los fuertes, bloquear un recuerdo o incluso creamos esas conversaciones fantasiosas y aunque ayuda por un momento, la realidad es que ese sentir de bienestar es pasajero y sólo amarga más.

En Mateo 27 se narra la crucifixión, y podemos observar a Jesús negándose a tomar el vino con hiel que los soldados le estaban ofreciendo. En este versículo, la mezcla de vino con hiel representa un remedio pasajero y que amarga, pues el vino ejemplifica muchas veces el descanso en la Biblia y la hiel es amargura. Aquí, Jesús se está negando a tomar el remedio que le haría sentir menos dolor mientras lo crucificaban, Jesús decidió sufrir la cruz, decidió vivir el proceso para perdonar nuestros pecados. 

Si nosotros decidimos seguir el ejemplo de Jesús nos negaremos a tomar “remedios humanos” que alivian temporalmente el dolor y pasaremos por el proceso completo para perdonar a quienes nos han herido. 

En Lucas 24 se complementa la narración de Mateo sobre la crucifixión y vemos a Jesús diciendo sobre los soldados: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, en ese momento a los soldados no les importó, pues leemos que siguieron burlándose. Lo cual nos sigue retando a que no importa si la reacción de quien decidiste perdonar sigue siendo querer herirte más, lo importante es que tú has decidido vivir el proceso y tu corazón ahora puede comenzar a ser transformado por su amor, sus verdades y sus promesas

Ahora, quiero ser muy claro en que perdón no significa no denunciar. Hay ciertos crímenes que necesitan ser expuesto ante la ley, y si los denuncias no significa que no hayas perdonado. Puedes perdonar e interponer una denuncia por el bien de tu familia o de tu propia integridad. 

El perdón no es un momento de oración; es un proceso y puede tardar una semana, un mes, incluso un año. Agradezco a Dios que haya puesto en ti la voluntad de iniciar ese proceso, y deseo que Dios limpie tu corazón para que puedas recibir más de su gracia.

Oración:

Jesús, gracias porque al perdonarme, me enseñas a hacer lo mismo. Hoy, a pesar de que en mi humanidad es difícil hacerlo, decido comenzar el proceso hacia el perdón, sana mi interior. En Cristo Jesús, amén.