Santidad práctica: despojarse del viejo hombre – vestirse del nuevo hombreMuestra
Santidad desde la posición en Cristo a la experiencia del creyente
La vida de Dios es absoluta. Tiene que lograr el dominio total sobre el hombre. En cuanto esta vida entra en el espíritu humano exige al hombre que abandone a su antiguo amo, el pecado, y se someta por completo al Espíritu Santo, lo cual implica recorrer y crecer en la santidad de Dios. En este proceso, se es guiado por Dios mismo, Quien, a través de “la cruz trata con el pecado, y el Espíritu Santo trata con el yo por medio de la cruz” (El Hombre Espiritual, W. Nee).
La santidad del creyente tiene como fuente la obra de la cruz. La cruz es el lugar donde se gesta el nuevo nacimiento – nuevo hombre –, pero también donde muere el viejo hombre. “Porque en cuanto murió (Cristo) al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”. (Romanos 6:10-11). En la cruz, Jesús crucificó la carne (naturaleza pecaminosa) con sus pasiones y deseos, por eso “los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:24).
El creyente, pues, necesita dejar de ver la muerte de su viejo hombre en Cristo como una fantasía o una realidad lejana o posible para vivir por la fe en la realidad del nuevo hombre, “creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:17). Si lo cree, entonces, puede colaborar con el Espíritu Santo (Romanos 8:13) para vivir en la experiencia del nuevo hombre, haciendo realidad en su experiencia “el morir a lo que es terrenal” como resultado de creer que “ha muerto al pecado”.
Escrituras
Acerca de este Plan
La santidad práctica se relaciona con despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre en Cristo Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/