Santidad práctica: despojarse del viejo hombre – vestirse del nuevo hombreMuestra

Despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo hombre

La obra de la santidad es definida en la Biblia como el despojarse del viejo hombre (Efesios 4:22) y vestirse del nuevo hombre (Efesios 4:24). Esto implica un cambio en la conducta, que implica dejar de hacer cosas que corresponden a la vida vieja, y comenzar a hacer cosas que corresponden a la nueva vida en Cristo. 

Analizando esta metáfora que usa el apóstol Pablo, la santidad práctica se asemeja a despojarse de un vestido (trapos, harapos) sucio, indecoroso y desgatado de viejo para vestirse con un traje nuevo, limpio, costoso y bien confeccionado. Los verbos despojarse y vestirse están un lenguaje que sugiere acciones decisivas antes que procesos continuos. El creyente, entonces, necesita tomar la firme decisión de renunciar al viejo hombre y vestirse del nuevo hombre. Con esta palabra de Dios, se exhorta al creyente a hacer un rompimiento con el pasado antes de conocer a Cristo.

Una ilustración útil es pensar en un prisionero que ha sido liberado de prisión, pero que aún usa su antigua ropa de reo y actúa como prisionero, no como un hombre libre. Este ex prisionero necesita quitarse la ropa de reo y ponerse ropa de hombre libre. El prisionero necesita adoptar un nuevo estilo de vida y dejar atrás su vida de reo. El acto de quitarse las ropas viejas y ponerse ropas nuevas conlleva una nueva manera de pensar, nuevas actitudes y nuevo estilo de vida. 

El viejo y nuevo hombre no hace alusión a dos personas diferentes, sino a dos maneras diferentes de pensar y comportarse. Comportan dos estilos de vida diferentes. El viejo hombre actúa en desobediencia y rebelión a Dios, mientras que el nuevo hombre anda en obediencia a Dios y su palabra gracias al poder del Espíritu Santo que opera en él (Efesios 2:10; 3:16).