El gobierno de Cristo en nosotros Muestra

Nacimos con un propósito

Cuando el Señor nos muestra en nuestro corazón cuál es la razón de ser, de nuestra existencia, para qué es que hemos nacido y por qué razón estamos en este planeta, entonces empezamos a ver una triste realidad alrededor nuestro: lo que más debería importarle al hombre es lo que menos le interesa. 

Si nosotros nacimos con el propósito de que el Hijo sea incrementado en nuestros corazones, entonces ¿a dónde debe girar la razón de nuestro existir? Ese propósito es a donde deben girar todos nuestros movimientos y estar concentradas todas nuestras fuerzas. 

El primer mandamiento es: Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con toda tu mente, con toda tu fuerza, con todo tu corazón. En otras palabras, el primer mandamiento indica tener todo tu ser interior direccionado hacia el Padre. El Padre propuso para todos y cada uno de nosotros que podamos experimentar el incremento de su Hijo en nosotros, pero, por el contrario, lo que vemos es que hemos dedicado mucho tiempo a cosas que son temporales y pasajeras en esta tierra. Tratamos de estar satisfaciendo continuamente nuestro propio orgullo, nuestra propia codicia y el placer que nos demanda nuestro propio corazón. Es esta la razón por la cual terminamos viviendo mucho tiempo para nosotros mismos, como si nosotros hubiéramos nacido por nosotros mismos. 

Si nosotros nos hubiésemos dado vida a nosotros mismos pudiésemos vivir para nosotros mismos, pero cuando vamos a la Escritura, lo que encontramos es algo diferente. Génesis 1:27 dice: «Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó». Toda la Escritura testifica la misma realidad: Dios es el creador, él nos hizo y por tanto, no nacimos para nosotros mismos. Había una intención marcada en el Señor por la cual nos trajo a existencia. Nacimos por un propósito que aquel que nos creó, ya tenía establecido. Al igual que Cristo, tú y yo nacimos para glorificar al Padre. 

Te invitamos a meditar en esto:

¿Has descubierto el propósito de Dios en ti? ¿Vives para ver ese propósito cumplido en tu vida, o para satisfacer tus propios propósitos?