El gobierno de Cristo en nosotros Muestra

Poder de Dios

El evangelio es algo que va mucho más allá de simplemente palabras que uno puede aprender, memorizar y repetir. Pablo, en su rol de padre, exhorta a su hijo Timoteo: «Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor». Ese “por tanto” hace referencia a que como Dios nos ha dado espíritu de poder, amor y dominio propio, «por tanto no te avergüences». Como Dios nos ha dado su Espíritu y tanto nuestra vida eterna y nuestro diario vivir son dependientes de su Espíritu y por su Espíritu, no te avergüences de ser la evidencia, no te avergüences de ser testigo, no te avergüences de ser un mártir —uno que ha visto— que puede testificar de manera viva y real de nuestro Señor. 

Pablo continúa diciéndole a Timoteo: «…Ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios». Este pasaje nos manifiesta que Timoteo, quien Pablo veía como a su hijo, estaba atravesando por momentos difíciles y complicados. Muchas de esas cosas eran a causa del evangelio, pero Pablo le está dando una palabra de ánimo y aliento y le dice: «Recuerda cuál es el espíritu que mora en ti». Jamás sientas vergüenza del Espíritu frente a la carne. Jamás sientas vergüenza de las cosas que son del Espíritu frente a situaciones o personas de este mundo.

No hay ninguna razón para estar avergonzado —es como avergonzarse de la vida delante de la muerte. Pablo entiende que el Señor se le apareció en el camino a Damasco y que usó a Ananías para darle unas palabras de aliento: «Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo». O sea que este padre que está escribiendo esta carta, ya ha tenido una experiencia viva y real con ese Dios y Padre, y ahora le está compartiendo a su hijo, diciéndole: «¡No te avergüences de dar testimonio del Señor!».

Este padre también fue quien expresó en su carta a los Romanos: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree».

Te invitamos a meditar en esto:

¿Qué es el evangelio para ti: una fórmula para llegar al cielo, o un estilo de vida que te apodera para vivir la vida en Cristo?