30 días de salud emocionalMuestra

Hay una razón por cual la presión arterial de mi esposo y mi ansiedad se aumentan al mismo tiempo cuando empiezo a hacer planes de viaje. Soy la misma mujer que una vez reservó tres boletos de avión no reembolsables para el día equivocado. También un vuelo aterrizó en el aeropuerto equivocado. Una vez dejé mi bolsa en la acera del aeropuerto, dejándome varada y totalmente dependiente de extranjeros.

¡Me imagino que ya puedas entender por qué prefiero viajar con mi esposo! Aunque sean errores simple o no, simplemente teniendo a mi esposo a mi lado me trae paz. Él es fuerte en todas las áreas en las que soy débil y generalmente permanece despreocupado ante la incertidumbre.

Sin embargo, incluso si mi esposo me acompaña o no, nuestro Creador soberano, todopoderoso y omnipotente, simple permanece conmigo y Él nunca se irá. Sin Él, cualquier sensación de paz que mi esposo y yo sentimos sería superficial y en hasta los mejores casos temporal.

Imagínate viajando por el desierto, sin ningunas tiendas ni oasis a la vista, a una tierra ocupada por grupos de personas crueles y depravadas sexualmente nombrado por sacrificar a niños. Imagínete conduciendo a una nación malcontenta y rebelde, incluyendo a los niños y los ancianos, a través de montañas y valles.

Los eruditos creen que Moisés, el pastor hebreo convertido en liberador, condujo a más o menos 2.4 millones de personas a través de las escarpadas montañas y valles de la antigua Palestina. Estas personas no solo lo buscaban en cada bocado de comida - su propia supervivencia - sino que también se le había encomendado el establecimiento de un nuevo sistema religioso y de teocracia. Aún más desalentador, bajo su liderazgo, Dios ordenó a los israelitas que expulsaban a grupos de personas y ocupen la Tierra Prometida.

Puedes sentir la angustia de Moisés en Éxodo 33:12: "Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo.”

En otras palabras, ¡ayudame!

A lo que Dios respondió: “Yo mismo iré contigo y te daré descanso — respondió el Señor.”

Si pertenecemos en Jesús, Dios nos hace la misma promesa. No importa a dónde vayamos o lo que enfrentemos, Dios irá con nosotros, y solo Él puede darnos descanso.

~ Jennifer Slattery