30 días de salud emocionalMuestra

En la escuela secundaria me enamoré de los chicos que apenas conocía, y luego volvía locas a mis amigas al hablar de ellos. A. Cada. Hora.

"¿Sabes qué? Estás enamorada del amor," me dijo una amiga exasperada un día.

Ella tenía razón: estaba enamorada con la idea del imagen de tener un novio, ese sentimiento de felicidad que siempre he tenido por medio de los libros y las películas.

Quería lo abstracto. Y en ocasiones cuando salía a una cita con uno de estos chicos "increíbles," la realidad me dolía y perdía el interés rápidamente. Estos chicos, después de todo, no eran príncipes-nobles como los de los libros, sino, eran varones normales.

Ahora estoy felizmente casada y disfruto del verdadero amor con mi esposo. Sí, mi corazón todavía palpita y da vueltas por él, pero también sabemos lo que es cuidarnos el uno al otro a través de la gripe, o lo que es limpiar la cocina sin importar qué tan sucia esté. Tenemos un amor íntimo, concreto, que durará para siempre.

Últimamente, me di cuenta de que mi relación con Cristo no era siempre la misma; No había tomado ese salto de fe para pasar del amor abstracto a uno concreto. Podría haber sido un seguidor de Cristo y un creyente, pero cuando leí las Escrituras y escuché a Dios decir que murió por nosotros cuando aún éramos pecadores (Romanos 5:8), y que nos prodigó amor como hijos adoptivos (1 Juan 3:1), me imaginaba que "nosotros" o "usted" representaban a todo la humanidad.

Pero en Juan 15, Jesús proclamó su amor, para ti y para mí. Él dijo que nos ama tal como el Padre lo ama a Él.

Esto es lo que he aprendido: Dios me ama verdaderamente a mí. Sin maquillaje y vulnerable. Él no ama la "idea" de mí, de manera abstracta, pero lo verdadero, crudo, sin filtros, a carne propia sin lujos a las partes del alma. Ama incluso las partes que no puedo enmascarar u ocultar. Él me ama tanto que murió por mí.

Sin embargo, le devolví un amor superficial, y no de la forma en que Él me amaba. Mi corazón superficial se interpuso en el camino del amor floreciente que ahora conozco; ahora sé que Dios me buscó a mí, a Su preciosa hija, Su Jéssica, ¡todo este tiempo!

Así es como Él te ama a tí.

~ Jessica Brodie