Oración de rompimientoMuestra
“Velando y orando”
El ministerio de Jesús en la tierra estaba a punto de finalizar. Él sabía que no le quedaba mucho tiempo y que sería traicionado, porque el Padre se lo había revelado en oración. Él tomó a tres de sus discípulos y les pidió que velaran mientras Él oraba. Pero ellos se quedaron dormidos, y Jesús les dijo: “¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil” (Mateo 26:40–41).
El mandato que Jesús le dio a Sus discípulos de “velad y orad” (similar a Sus mandatos anteriores en Marcos 13:33 y Lucas 21:36 sobre velar y orar por Su regreso) era la misma directiva que, muchos años después, los apóstoles Pablo y Pedro le dieron a la iglesia primitiva. (Vea Efesios 6:18; 1 Pedro 4:7). También es el mandato que los discípulos de Cristo, hoy, debemos seguir.
Espiritualmente alerta
Jesús les pidió a Sus discípulos que velaran y oraran para que no fueran tentados a salirse de la voluntad del Padre. La palabra “velad” implica estar espiritualmente despierto. Indica que hay que poner estricta atención, ser cautelosos, estar listos, preparados y alertas. Significa discernir, percibir y estar en el Espíritu. El poder ver en el ámbito espiritual es un don del derramamiento del Espíritu Santo. Esa habilidad es muy importante en la oración, especialmente en los últimos tiempos. Velar es un complemento de orar, donde uno condiciona al otro. No es posible orar sin estar alerta y no es posible velar sin el respaldo de la oración. Cuando velamos, nada nos toma por sorpresa, porque nuestros sentidos espirituales están vigilantes. Somos como un radio cuyo sintonizador o dial está ubicado en la posición correcta para recibir la señal transmitida desde una estación difusora. Si nos mantenemos sintonizados con el cielo, siempre sabremos cómo orar y cómo actuar.
Cuando velamos, somos también como centinelas apostados en altas torres, donde tenemos dominio visual de los alrededores; esto nos permite identificar y anticipar cualquier acercamiento del enemigo para que nuestra ciudad o nuestra casa pueda defenderse a tiempo.
Espiritualmente, necesitamos estar en ese mismo nivel de alerta y preparación constante. En el Antiguo Testamento, el profeta Habacuc entendió el propósito de la “torre de oración”, por eso dijo, “Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y velaré para ver lo que se me dirá” (Habacuc 2:1).
El único momento en que el diablo puede acercarse a nuestra vida es cuando ve que estamos desprotegidos, porque no estamos velando. Mas cuando estamos vigilantes, disimuladamente retrocede. Mientras velamos y oramos, Dios nos mostrará cómo enfrentar o huir de cualquier tentación y cómo solucionar cada problema.
A la expectativa
Velar también implica anticipar o estar a la expectativa. Una vez más, veamos la importancia de vivir a la expectativa cuando oramos. Incluso podría ocurrir que el Señor responda su oración y que usted no vea la respuesta porque, cuando usted pierde la expectativa, deja de velar por la manifestación. Por eso necesitamos la capacidad de percibir y ver en el Espíritu. Entre más usted vela, más espiritualmente sensible se vuelve y más consciente está de lo que sucede a su alrededor en el ámbito espiritual. Su visión espiritual se hace más clara.
Jesús no dijo “oren y velen” sino “velen y oren”, en ese orden; porque si velamos, estaremos en buena posición para orar efectiva y poderosamente. Aún más, nuestras oraciones dejarán de ser monótonas, cargadas de palabras vacías que provienen de nuestra mente, pero no proceden del corazón, ni cargan la revelación del Espíritu. ¿Por qué algunas personas sienten que la oración es aburrida? Porque sus oraciones están llenas de “vanas repeticiones”, sin entusiasmo ni expectativa. Las vanas repeticiones son “oraciones de relleno”, con frases fáciles de decir, que nos mantienen en nuestra zona de comodidad y de lo que conocemos. Usted necesita salir de esa zona con urgencia y empezar a orar lo que está viendo espiritualmente.
Pautas para velar y orar
Quizá usted se esté preguntando, ¿Bueno, y cómo hago para velar y orar? A continuación, le daré algunas pautas que le ayudarán a poner en práctica lo que ha aprendido hasta ahora.
1. Orar continuamente en el Espíritu
Como cristianos, es importante que sepamos cómo fortalecer nuestro espíritu en la fe, tal como nos enseña la Biblia en Judas 1:20: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”. Claro está que, ¡usted no puede edificar su espíritu estando dormido! ¡Primero debe despertarse y levantarse! Si ora en el Espíritu, podrá ver en el ámbito espiritual, pero si descuida esto, su visión estará limitada. Cada vez que oro en el Espíritu, estoy alerta a lo que Dios me está diciendo y a lo que Él está haciendo; de esa manera, puedo alinearme con Sus planes para el ahora. Como hijos de Dios, debemos estar sintonizados con el impulso que el Espíritu Santo está trayendo, porque ese es el impulso del ahora.
2. Ser constantemente llenos del espíritu
Nuestro espíritu necesita ser lleno del Espíritu de Dios. La persona que no está llena del Espíritu Santo vive en una dimensión limitada. El Espíritu no puede obrar en nosotros, a menos que mantengamos cierto nivel de oración. En estos días, tenemos que vivir continuamente llenos del Espíritu Santo y teniendo nuestras lámparas llenas de aceite para la vigilia. (Vea Mateo 25:1–13).
Jesús lo está llamando —tal como lo hizo con Sus discípulos— a velar y orar con Él, sin cesar. Lo animo a responder a ese llamado y empezar a darle prioridad a su relación con Dios en oración, estando a la expectativa de lo que Él quiera mostrarle en intimidad espiritual. Mire hacia adelante en el Espíritu, hacia lo que viene para su familia, para su ministerio, para su ciudad y para el mundo. Sea sensible a la presencia de Dios, a Su voluntad y a las necesidades de otras personas; además, esté alerta a lo que el diablo está tramando, o lo que ya está haciendo. ¡Usted puede anticipar y vencer al enemigo!
A lo largo de este devocional, hemos aprendido cómo orar para obtener rompimientos. Ahora, ¡hágalo usted mismo! Sea constantemente lleno del Espíritu de Dios y prepárese a recibir al Rey de reyes, como un miembro de esa novia pura, sin mancha y sin arruga, que vela por el retorno de su Novio, Jesucristo. ¡Él lo prometió y lo cumplirá! ¡Velad y orad! ¡Cristo viene pronto!
Pensamiento: Si no estamos velando y orando, no estamos listos para el regreso de Jesús.
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Acerca de este Plan
La oración es un lugar. Un lugar secreto en el Espíritu. Un lugar de encuentros divinos con nuestro Padre celestial donde le expresamos nuestro amor, donde invitamos Su presencia, donde recibimos Su revelación y guía. Donde somos empoderados para servir a Sus propósitos en la tierra. Descubra las llaves esenciales para hacer Oraciones de Rompimiento, incluyendo cómo recibir respuesta a sus oraciones según la voluntad y la Palabra de Dios.
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Nos gustaría agradecer a por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.espanolwh.com/book-authors/guillermo-maldonado/