La verdadera comisiónMuestra

El verdadero discípulo

¿Cuál es el efecto de la cruz de Cristo en nuestras vidas? ¿En qué consiste nuestro llamado al propósito eterno?

«…Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará» (Lucas 9:23–24) NVI.

Este es nuestro llamado y esta es la consecuencia de haber aceptado el llamado:

«Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Gálatas 2:20) NVI.

Este es el efecto de la cruz, de estar en Cristo. Un verdadero discípulo tiene que ser consciente de los efectos de la cruz sobre su vida. Este es el fundamento del discipulado, morir a nosotros mismos. Jesús nos advierte al respecto diciéndonos que el que quiera mantener vivas sus estructuras mentales, de pensamiento, que no estén en acorde con la Palabra de Dios, llevará una vida de derrota.

Si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús, necesitamos entender algo, hay una cruz, en la cual morimos, en realidad estamos muertos. Estamos muertos en Cristo y resucitamos al tercer día juntamente con él. Si como discípulos de Cristo vamos a administrar riquezas, poder, sabiduría y manifestar la gloria de Cristo en la tierra, tenemos que renunciar a la mentalidad del mundo.

Un verdadero discípulo comprende que:

· Tiene la mente de Cristo (1 Corintios 2:16).

· Está sentado en lugares celestiales juntamente con Cristo (Efesios 2:16).

· Ya ha sido bendecido con toda bendición espiritual (Efesios 1:3).

· Es nueva criatura (2 Corintios 5:17).

· Es coheredero con Cristo (Romanos 8:17).

· Por sus llagas fue sanado (Isaías 53:5).

· Es escogido por Dios (Efesios 1:4).

· Dios lo ama con amor eterno (Jeremías 31:3).

· Es instrumento de justicia (Romanos 6:13).

Llenemos nuestra mente y nuestros pensamientos con la verdad de la Palabra de Dios. Recuerda que Satanás siempre vendrá a tentarnos y a poner dudas en cuanto a nuestra nueva identidad en Cristo. Es por eso que Jesús estaba listo para responder con la verdad de la Palabra de Dios, que es viva y eficaz. Porque ningún arma forjada en el infierno, prosperará en contra de nuestras vidas, esta es nuestra herencia como siervos del Dios Altísimo.