La verdadera comisiónMuestra

Antes y después de la cruz de Cristo

La cruz fue el momento cumbre de la historia, a través de la cual, Dios consumó lo que había establecido para la raza humana desde antes de la fundación del mundo. Jesús, el primogénito de la resurrección, estaba con el Padre y el Espíritu Santo cuando decidieron el plan y propósito eterno para la humanidad entera.

Antes de la cruz, Jesús hablaba a través de parábolas y luego, en privado, las explicaba a sus discípulos, pero no siempre entendían. Es más, muchas veces dudaban. Pero después de la cruz, pasó cuarenta días con sus discípulos en un curso intensivo donde ya no habló por parábolas, sino que directamente reveló el plan eterno. 

Ese plan existe desde antes de la creación del mundo, antes del tiempo chronos, en la eternidad. En ese tiempo, el Padre nos había predestinado a su propósito eterno, el cual ahora Jesús revelaba para que sus discípulos no tuvieran ninguna duda, respecto a lo que ellos tenían que ejecutar de ahora en adelante: La gran comisión:

«Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: – Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:18–20) NVI. 

En estos 40 días se les explicó el reino de Dios, el plan eterno, para que la iglesia naciente tuviera claro que había un plan que había sido ordenado y estructurado en la eternidad, y que, a partir de ese momento, tenía que ser llevado a cabo en la tierra por la iglesia.

Esta capacitación y la claridad de la misma, fue tan impactante en la vida de los discípulos, que hizo que ninguno de ellos nunca más traicionara el propósito eterno que estaba sobre sus vidas. 

Este mensaje tan claro dado por nuestro Señor a sus discípulos en los 40 días después de la Resurrección, despertó una enorme pasión en sus corazones. Fue la revelación y la comprensión del plan eterno lo que hizo que no dudaran en dar sus vidas por la causa de Cristo. 

En estos días, nos proponemos develar en qué consistió este gran cambio. Súmate a este viaje transformador de discipulado radical.

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