El propósito eterno del Padre en el HijoMuestra

Cristo incrementado, multiplicado y reproducido

Cuando vamos a adorar a Dios, nos imaginamos otra cosa, por eso hacemos que funcione de una manera, producto de nuestra imaginación. Lo anterior, por el anhelo de ver algunas cosas realizadas, pero ya definimos que el propósito se deriva de Cristo, Él lo establece. Por lo tanto, es en plenitud que vamos teniendo la expresión corporativa de la iglesia, como naturaleza de un cuerpo que representa el incremento de una semilla, la cual fue sembrada, pero ahora retorna en forma de cosecha. Cristo incrementado, multiplicado y reproducido por muchos, siendo Él uno solo. 

La iglesia es edificada y crece como un cuerpo, para que todos lleguemos a esa plenitud. En el capítulo cuatro de la carta a los efesios, Pablo vio un varón, (en la iglesia hay muchos varones, pero el Señor solo ve uno) que era perfecto, maduro, establecido, entendido y desarrollado; con el cual, Dios expresa su plenitud. Por eso en el capítulo seis, es un varón gubernamental, ya establecido en dominio y autoridad, siendo posicionado sobre los ámbitos espirituales allí mencionados. Cada uno como miembro de ese cuerpo, va recibiendo ese crecimiento y edificación en amor para ver la realidad de Cristo en nuestra vida.

La manifestación del propósito no podrá ser posible si no entendemos en quién se origina, cuál es su orden y de quién se trata; no eres tú viviendo la vida cristiana, es Cristo reproduciendo y expresando su vida a través de ti. La vida cristiana se trata de normas y preceptos que se nos establecieron para tener un buen testimonio evangélico, pero esa palabra no aparece en el Nuevo Testamento, se encontrará en los subtítulos que pusieron los traductores, pero ni títulos ni subtítulos están en la realidad de lo escrito.

No existe vida cristiana, la realidad es la vida en Cristo. Cristo expresado a través de esa realidad, para que el propósito eterno que Dios propuso llevar a cabo en el Hijo, en el cual estamos incluidos, se pueda dar a conocer y expresar como esa sabiduría multifacética operando en la dispensación de los tiempos. Todos esos misterios de Dios, estaban guardados en esa dispensación de los tiempos, y eran administrados por profetas que hablaban sin saber de qué se trataba, porque estaban intentando explicar el misterio. Ahora en Cristo, el Padre lo reveló. A Pablo le dio a conocer la administración de este misterio. Es Cristo en nosotros la esperanza de gloria.

Si desea profundizar sobre este tema, vea el sermón completo, en el siguiente enlace de YouTube: https://www.youtube.com/watchv=JvROvalp7JY&feature=youtu.be&list=PLye7vODzgelUtU3HChEaYSsx89g58HBQt