El propósito eterno del Padre en el HijoMuestra

El cuerpo, la expresión de la cabeza

Cristo estableció un nuevo orden, pueblo y familia, todo aquello que era contrario, fue sentenciado, porque era enemistad en su carne. ¿Dónde fue creada la iglesia?, en Él mismo. La iglesia no es un fenómeno sociológico, ni un asunto que nace por la necesidad de los creyentes de congregarse, es creada en Cristo, para su propósito, naturaleza y orden, para crear en Él mismo, de los dos pueblos, uno solo, una nación santa y un nuevo hombre. 

El que resucitó, no es el mismo que murió. El que murió, es Cristo encarnado en Jesús de Nazaret, pero el que resucitó, es Cristo eterno, quien nos da vida eterna. Cristo se encarnó como hombre, pero no resucitó como tal, lo hizo en la realidad de lo que era, pero ahora tiene una expresión mayor, porque el grano de trigo recibió una cosecha aumentada, con la misma clase de vida con el que fue sembrado.

Si un granjero sembrara cien semillas de café, su expectativa en trece meses, no es recoger cien semillas de café, ¿qué espera con esa semilla que plantó? Cosecha ilimitada. Puedes contar la semilla, pero nunca la cosecha. La iglesia no se cuenta, porque es la cosecha, es Cristo aumentado e ilimitado. Cristo sabe que regresa como cosecha, que es la semilla, pero fue aumentado por el fruto que se estableció. El Padre complacido por todo, sentó a su Hijo en la majestad de las alturas, y lo dio como cabeza de la iglesia. La cabeza define el orden de vida.

¿Se puede tener expresión de la vida con la cabeza? Un ejemplo: entras a mi casa, y en la mesa ves únicamente mi cabeza, se mueve, habla y ve. Dirás: ¡Está vivo! Es consciente, y esa cabeza dice: ¡Bienvenido a casa! mientras estás en esa platica, piensas: habló, saludó y tiene vida. ¿Esa vida tiene expresión? ¡No! ¿Por qué? Porque falta un cuerpo, o sea la expresión. 

La expresión de la vida, la define la cabeza. Cristo define la vida, y quien la expresa, la manifiesta. Dios constituyó a Cristo como cabeza, porque es la vida, y lo dio a la iglesia, la cual es su cuerpo, para que ella sea la expresión de Aquél que lo llena todo. Los que no ven la expresión de Cristo, es porque han vivido la religión evangélica, pero no el ser el cuerpo de Cristo.