Cristo, mi paz y mi garantíaMuestra
La resurrección de Cristo nos da garantías
GARANTIZA QUE DIOS ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO A LOS CORAZONES DE LOS QUE CREEN. Después de la resurrección y ascensión de Cristo, mandó el Espíritu Santo prometido, para continuar su trabajo en esta tierra. El ministerio terrenal de Cristo continúa hoy a través de sus elegidos, en quienes mora el Espíritu Santo. Cristo ayuda a su pueblo por medio el Espíritu, dándoles fuerzas, convicción y la guía necesaria, para vivir de manera que agrade a Dios. Expuesto por el apóstol Pedro, en su poderosa predicación, en el día de Pentecostés, «Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís».
NOS DA UNA ESPERANZA VIVA. Los redimidos tenemos una esperanza viva y certera, porque nuestros pecados han sido borrados y somos justificados delante de Dios. Hemos pasado de ser enemigos de Dios, a hijos amados, con una herencia eterna, que nadie puede quitar. ¡No hay una noticia mejor! «Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo… nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos…».
GARANTIZA QUE RESUCITAREMOS AL IGUAL QUE ÉL. Cristo es la primicia, de la resurrección de la muerte, es el precursor, a la resurrección que todos los creyentes experimentaremos. Todos los hijos de Dios disfrutarán la vida resucitada igual que Cristo, con cuerpos glorificados. En esta vida sufrimos dolores y enfermedades, pero en la vida venidera no sufriremos, sino que disfrutaremos los cuerpos perfectos que ahora anhelamos confiadamente, es decir, tendremos el mismo cuerpo glorificado, que Jesús recibió al ser resucitado por el Padre.
ES LA SEGURIDAD QUE DIOS JUZGARÁ AL MUNDO CON JUSTICIA. En el día final, todas las personas del mundo seremos juzgados por las cosas que hemos hecho. Los incrédulos serán juzgados ante el gran trono blanco y responsables de su desobediencia contra Dios, enfrentarán la condenación y permanecerán apartados de la gloria de Dios. Los creyentes seremos responsables delante de Dios, por las cosas que hemos hecho y seremos juzgados no para condenación, sino para ser recompensados según nuestras obras.
Acerca de este Plan
La oración de Hebreos 13, es un notable resumen de toda la epístola, a la que todo hijo del reino y ministro competente del nuevo pacto, debería dedicar especial atención. El tema central de esta grandiosa y magistral epístola, es revelar la obra completa y perfecta, en el sacrificio de Cristo y mostrar, la superioridad del sacerdocio de Cristo, a cualquier otro sacerdocio.
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Queremos agradecer a Basilio Patiño de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com