Cristo, mi paz y mi garantíaMuestra
El fundamento de nuestra fe es la resurrección de Cristo
«Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesús…». La referencia, que el apóstol hace a la liberación de Cristo de la tumba, considero que es el fundamento sobre el cual, el apóstol basa la petición que le sigue en Hebreos 13:21. Este es uno de los versículos más importantes del Nuevo Testamento, así que, vamos a poner atención en cada una de sus palabras, tanto más si se considera, que en la actualidad, la gente casi no entiende parte de su maravilloso contenido.
Al levantar a Cristo de los muertos y sentarlo a la diestra de la majestad en las alturas, Dios dio testimonio, de aceptar el sacrificio expiatorio de Cristo. Lo que caracterizaba al participante del viejo pacto, era el pecado, la muerte y el distanciamiento de Dios. Esto resultaba evidente en el perpetuo derramamiento de sangre de animales, ofrecidos en sacrificio y en que la gente estaba excluida de la presencia divina. Pero lo que caracteriza al nuevo pacto, es el Salvador resucitado y entronado, el cual, borró de la vista de Dios, los pecados de su pueblo, consiguiendo para ellos, el derecho de vivir «en y con» su presencia, con libertad y confianza.
¿Qué importancia tiene la resurrección de Cristo, en el fundamento de nuestras oraciones y declaración de fe? Permítanme presentar, algunas razones registradas en las Escrituras, respecto a este hecho trascendente.
ES LA BASE POR LA CUAL SOMOS JUSTIFICADOS ANTE DIOS. «...el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación». «Justificación», significa prueba de la justicia de alguien, a fin de ser tratado como si nunca hubiese cometido falta alguna. Cuando Jesús murió en la cruz, tomó nuestro castigo para que pudiéramos ser justificados delante del Padre. La resurrección confirma, que Dios aceptó el sacrificio de Cristo por nuestros pecados y nos da acceso a una comunión íntima y confiable con Él.
DEMUESTRA QUE CRISTO VENCIÓ LA MUERTE. La muerte es el enemigo de la humanidad y el castigo justo por los pecados de cada uno de nosotros. Cristo resucitó porque la muerte no podía retenerlo. No debemos temer al castigo que viene después de la muerte, «¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?...».
Acerca de este Plan
La oración de Hebreos 13, es un notable resumen de toda la epístola, a la que todo hijo del reino y ministro competente del nuevo pacto, debería dedicar especial atención. El tema central de esta grandiosa y magistral epístola, es revelar la obra completa y perfecta, en el sacrificio de Cristo y mostrar, la superioridad del sacerdocio de Cristo, a cualquier otro sacerdocio.
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Queremos agradecer a Basilio Patiño de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com