Cristo, mi paz y mi garantíaMuestra

La resurrección de Cristo nos unió a Él

GARANTIZA QUE LOS CREYENTES ESTAMOS UNIDOS CON CRISTO. Cuando creemos en Cristo, somos unidos a Él por la fe, y declarados su cuerpo, para disfrutar de una unión orgánica y vital con Él, como Cabeza. La unión con Cristo, significa que cuando Dios nos mira, no ve nuestra pecaminosidad, sino la justicia de Cristo. Significa que hemos muerto con Él y vivimos con Él. Esta unión solo es posible a través de la resurrección de Cristo. Es semejante a cuando una pareja se ha unido en matrimonio, que las cosas del esposo pertenecen a su esposa. Los redimidos reciben la justicia de Cristo, por medio de su unión con Él.

CONFIRMA LA VERDAD DE LAS ESCRITURAS. Isaías 53:10-12 y Salmos 16:10-11, son algunas de las profecías del Antiguo Testamento, cuyo cumplimiento testifica de la vida resucitada de Cristo, la cual fue profetizada y declarada por los profetas antes que naciera el Mesías. La seguridad de Cristo resucitado, es garantía de la seguridad de las Escrituras, pues Él mismo, como el Verbo eterno, es manifestado como el Verbo encarnado, para confirmar todo lo que su Palabra ha declarado. 

PRUEBA QUE EL EVANGELIO ES VERDADERO. El hecho que Jesús vive hoy, significa que es poderoso para salvar hoy. Este fue el argumento de Pablo en 1 Corintios 15, donde defiende la verdad de la resurrección, dando la explicación que el evangelio de Cristo depende de ella. Pablo expone, que la resurrección no es solo una parte fundamental del evangelio, sino que es el pegamento que sostiene cada parte del evangelio. Sin la resurrección, los salvados creerían en vano y no tendrían esperanza. Pero Cristo, ¡ha resucitado! Ahora, tenemos la esperanza del perdón de nuestros pecados, el derecho de estar justificados delante de Dios, y disfrutar la vida eterna por medio de Cristo.

PRUEBA QUE CRISTO ES EL HIJO DE DIOS. «[Jesucristo] fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos…». Si Jesús, como Hijo de Dios, hubiera muerto y no hubiera resucitado, habría sido como todos los que vinieron antes de Él, vivieron y murieron. Pero no sucedió así. Su resurrección prueba, que es el unigénito del Padre, alguien único en la historia del mundo; el Hijo de Dios, el primogénito entre los muertos, para ser primicias de todos los que resucitarán.