Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Creía Jesucristo en el castigo eterno para los malvados?

Mira Sus palabras en Mateo 25:46. “E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. La misma palabra griega se usa en ambos casos. El castigo de los malvados es tan interminable como la dicha de los justos. A los malvados no se les da una segunda oportunidad, ni son aniquilados. El castigo de los impíos muertos se describe a lo largo de las Escrituras como “fuego eterno” (v. 41); “fuego inextinguible” (3:12); “vergüenza y desprecio eterno” (Daniel 12:2); un lugar donde “su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga” (Marcos 9:44–49); un lugar de “tormentos” y “llamas” (Lc 16:23, 24); “destrucción eterna” (2Tesalonicenses 1:9); un lugar de tormento con “fuego y azufre” donde “el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos” (Ap.14:10–11); y un “lago de fuego y azufre” donde los impíos son “atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap. 20:10).

Aquí Jesús indica que el castigo mismo es eterno, no solo el humo y las llamas. Los malvados están sujetos para siempre a la furia y la ira de Dios. Sufren conscientemente la vergüenza y el desprecio y los asaltos de una conciencia acusadora, junto con la ira ardiente de la deidad ofendida, por toda la eternidad. Hasta el infierno reconocerá la perfecta justicia de Dios (Sal 76:10); los que estén allí sabrán que su castigo es justo y que solo ellos tienen la culpa (ver Deut. 32:3–5).