Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Cómo puede nuestra fe mover montañas?

Cuando Pedro, asombrado, le dijo a Jesús que la higuera se había secado, la respuesta de Jesús fue simplemente que debían “tener fe en Dios” (Mar.11: 22). Esta fue una reprimenda amable por la falta de fe de los discípulos en el poder de Su palabra. Tal fe cree en la verdad revelada de Dios, en Su poder, y busca hacer Su voluntad (ver 1Juan 5:14; Mat. 21:21).

La expresión que usó Jesús, “este monte… en el mar” (v. 23), estaba relacionada con una metáfora común de esos días, “el que arranca los montes", se usaba en la literatura judía de grandes rabinos y líderes espirituales que podían resolver problemas difíciles y aparentemente hacer lo imposible. Obviamente, Jesús no arrancó montañas literalmente. De hecho, se negó a hacer milagros tan espectaculares para los líderes judíos incrédulos (Mat. 12: 38). El punto de Jesús es que, si los creyentes confían sinceramente en Dios y realmente se dan cuenta del poder ilimitado que está disponible a través de esa fe en Él, verán sus grandes poderes en acción (ver Juan 14:13–14).

“Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y lo tendréis” (v. 24). Esto no pone límites a las oraciones del creyente, si es que están de acuerdo con la voluntad y el propósito de Dios. Por lo tanto, esto significa que la fe y la oración del hombre no son incompatibles con la soberanía de Dios. Y no es responsabilidad del creyente averiguar cómo puede ser cierto, sino simplemente ser fiel y obediente a la clara enseñanza sobre la oración, como la da Jesús en este pasaje. La voluntad de Dios se está revelando a lo largo de la historia de la redención por medio de las oraciones de Su pueblo, a medida que Su propósito salvador se está cumpliendo a través de la fe de aquellos que escuchan el Evangelio y se arrepienten. Véase Stgo. 5:16.