Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Cuál es el elemento esencial que Cristo busca en nuestro carácter?

Ser confrontado directamente por Cristo con el pecado en tu corazón, como lo fueron los discípulos en Mar. 9:33, debe haber sido poderosamente convincente y vergonzoso. Se nos dice que “guardaron silencio”: se quedaron sin palabras ante Su pregunta. Fueron atrapados en una disputa sobre “quién sería el mayor” (v. 34), posiblemente provocada por el privilegio concedido a Pedro, Santiago y Juan de presenciar la Transfiguración. La pelea de los discípulos destaca su fracaso en aplicar la enseñanza explícita de Jesús sobre la humildad (Mat.5:3) y el ejemplo de Su propio sufrimiento y muerte (vv. 31–32; 8:30–33). También los impulsó a pedirle a Jesús que resolviera el problema, lo cual hizo, aunque no como esperaban.

Jesús “se sentó” (v. 35), normalmente los rabinos se sentaban a enseñar, y dijo “si alguno quiere ser el primero”, lo que innegablemente hicieron los discípulos (v. 34; ver 10:35–37), “será el último de todos y el servidor de todos.” El concepto de grandeza y liderazgo de los discípulos, extraído de su cultura, necesitaba ser radicalmente cambiado. No son grandes en el reino de Dios los que ejercen dominio sobre los demás, sino los que sirven humildemente (ver 10:31, 43–45; Mat. 19:30; 20–16; 23:11–12; Luc.13:30; 14:8–11; 18:14; 22:24–27).

Entonces Jesús tomó a “un niño pequeño”—la palabra griega indica un infante o un bebé. Si la casa en la que estaban era la de Pedro, pudo haber sido uno de sus hijos. En la enseñanza magistral de Jesús, el niño se convirtió en un ejemplo de los creyentes que se han humillado y se han vuelto como niños confiados