Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Debo asumir que seré perseguido por mi fe?

En Mateo 10: 32, Jesús hace la asombrosa promesa de que la persona que lo reconoce como Señor en la vida o en la muerte, si es necesario, es aquel a quien Él reconocerá personalmente ante Dios como Suyo (Mateo 13: 20; 2 Timoteo 2: 10-13). Por el contrario, describe que la negación de Cristo condena el alma de aquellos que por temor, vergüenza, negligencia o amor al mundo rechazan toda evidencia y revelación y se niegan a confesar a Cristo como Salvador y Rey.

Aunque la meta principal del Evangelio es la paz con Dios (Juan 14: 27; Rom. 8: 6), el resultado inmediato del Evangelio es frecuentemente el conflicto (v. 34). La conversión a Cristo puede resultar en relaciones familiares tensas (vv. 35, 36), persecución e, incluso, martirio. Seguir a Cristo presupone la voluntad de soportar tales dificultades (vv. 32, 33, 37–39). Aunque se le llama “Príncipe de Paz” (Is. 9: 6), Cristo no permitirá que nadie se engañe pensando que Él llama a los creyentes a una vida libre de todo conflicto.

Cuando Jesús agrega que un discípulo debe “tomar Su cruz” (v. 38), es la primera mención de la palabra “cruz” a Sus discípulos. Para ellos habría evocado la imagen de una muerte violenta y degradante. Les exigía un compromiso total, incluso hasta la muerte física, y hacía que este llamado de entrega total fuera parte del mensaje que debían proclamar a los demás. Para los que vienen a Cristo con fe abnegada, habrá vida verdadera y eterna (v. 39).