Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Cómo nos acercamos a Dios?

“Acerquémonos con corazón sincero” (Heb 10:22). Basado en lo que había sido escrito, este era el corazón de la invitación para aquellos en la asamblea que no habían venido a Cristo. La misma invitación se encuentra en el primer libro escrito del Nuevo Testamento (Santiago 4,8), donde Santiago revela la consecuencia de acercarse a Dios. Dios se acercará a ti. Asaf enseñó que es bueno acercarse a Dios (Sal 73:28). La completa restauración de Israel a la bendición de Dios depende de que se acerquen a Él (Jeremías 30:18-22). En otras palabras, es una invitación escatológica que les llega en “estos últimos días” (Heb 1:2). Este versículo describe los requisitos previos para entrar en la presencia de Dios (Sal.15), sinceridad, seguridad, salvación y santificación. El término griego detrás de “verdadero” implica la idea de ser sincero, genuino y sin motivos ocultos (Jeremías 24:7; Mat. 15:8). De lo único que carecían estos hebreos en particular era: un compromiso genuino con Cristo.

“En plena certidumbre de fe”. Con esta frase se pretende una confianza absoluta en las promesas de Dios. Tal confianza dará como resultado una sincera certeza o seguridad que les permitirá perseverar a través de las pruebas venideras. Esta es la primera de una conocida tríada, fe, esperanza (v. 23) y amor (v. 24). “Teniendo nuestros corazones purificados… con agua pura". Las imágenes de este versículo están tomadas de las ceremonias de sacrificio del Antiguo Pacto, donde se rociaba sangre como señal de limpieza, y los sacerdotes se lavaban continuamente a sí mismos y a los vasos sagrados en vasijas de agua clara. El “lavarse con agua pura” no se refiere al bautismo cristiano, sino a la purificación de la vida por parte del Espíritu Santo por medio de la Palabra de Dios (Efesios 5:25–26; Tito 3:5). Esta es ciertamente una imagen del Nuevo Pacto (Jeremías 31:33; Ezequiel 36:25–26).