Fe y teología: Dr. John MacArthur. Preguntas y respuestasMuestra

¿Está bien cuestionar a Dios?

Al escuchar que Dios estaba enviando a Moisés para ser el líder/libertador de Israel (Ex. 3:10), su respuesta de "¿Quién soy yo…?” es una expresión de ineficiencia para una misión tan seria. Parecería razonable, porque después de 40 años de ausencia de Egipto, ¿qué podía hacer él, un simple pastor de Madián, al regresar?

Pero, ¿estaba Moisés cruzando la línea de la indagación razonable a la duda irrazonable en 3.13? Las respuestas pacientes de Dios instruyendo a Moisés sobre lo que Él haría y cuáles serían los resultados, incluido el hecho de que Israel sería visto con favor por los egipcios (3.21), debería advertir al lector de clasificar apresuradamente la actitud de Moisés como totalmente incorrecta desde el comienzo mismo de la interacción entre él y el Señor.

Sí, Israel podría pedir el nombre de Dios para validar la declaración de Moisés de que había sido enviado por el Dios de sus padres. Preguntar "¿Cuál es Su nombre?" significaba que buscaban la importancia del nombre para su situación: el carácter, la calidad o la esencia de una persona. La respuesta de Dios fue. “YO SOY EL QUE SOY” (v. 14). Este nombre para Dios apunta a Su auto-existencia y eternidad; denota “Yo soy el que es/que será”. El significado en relación al “Dios de vuestros padres” es inmediatamente perceptible. ¡Él es el mismo Dios a través de los siglos!

Una respuesta de ira divina llega solo en el v.4:14 al final de las preguntas y objeciones de Moisés, donde pasó de la indagación a la objeción.